jueves, 21 de julio de 2011

Sobre la envidia a los viajeros


Hace algún tiempo, básicamente desde que empece a solicitar becas de movilidad y me las fueron concediendo, he escuchado muchas veces por parte de conocidos, su " qué envidia" por las cosas que me pasan. Dicen que tengo suerte, que soy muy afortunado por poder viajar tanto con las becas que recibo por estudiar.
A veces me quedo extrañado, ¿envidia de qué? ¿solo por qué viajo? me parece una tontería en ese caso. Con mi experiencia, me he dado cuenta que viajar, como otras actividades, no es reconfortante si tú no deseas que así sea. Es decir, muchos marineros viajan por trabajo, porque no tuvieron otra oportunidad o la denegaron en tiempos pasados, pero que trabajen y viajen como tal, no significa que les guste. Poniendo mi caso como estudiante, he conocido a muchos como yo, que no se adaptaron a la vida en el país que se encontraban y que llegaron a enfermar por depresión. ¿es una persona afortunada también en esas circunstancias? Yo creo que no. Pero también creo que aquel que desea hacer algo y va a por ello, supera las malas rachas al anteponer su meta a los percances.
Creo que muchos cuando hablan de envidia a mis viajes, lo hacen desde su punto de vista "modo turista". Para los que nunca hayan ido de viaje al extranjero y hayan tenido una estancia mínima de 3 meses allí, ya les comento que es muy distinto "viajar por turismo" que "vivir en el extranjero". Hacer turismo siempre es por diversión e interés, y al contrario que establecerte allí por un periodo de tiempo, no implica ningún tipo de responsabilidad profesional, es decir trabajo. Vivir en el extranjero implica separación, autonomía, responsabilidad de tus actos en todo momento, trabajo/estudio... una nueva vida vamos. Y la vida, como siempre y en todos lados, tiene tanto buenos momentos como malos. No tiene nada de especial la vida diaria una vez que te acostumbras al lugar, ya sea en Valdemoro, Marsella o Singapur. Vivir es vivir, y solo nosotros hacemos interesante ese hecho.
Creo sinceramente, que si hay motivos por los que envidiar a alguien, no deben basarse en las cosas que le ocurren por casualidad, puesto que a todos nos pasan de vez en cuando cosas buenas y malas, sino en la actitud que ese alguien tiene ante lo que le ocurre. Ante su vida. Quizás yo si pueda ser digno de admirar (parafraseando lo que escuché), pero no por viajar señores, sino porque así lo quiero y lucho por ello. Todos podemos ser dignos de admirar sí decidimos coger la vida por los cuernos y ser los actores principales de nuestra película.
No me gustan las personas que leen un libro, ven una película, o se fascinan con el relato de alguien y dicen "joder que pasada, que suerte de vida". Y ya está. Llegan a casa, se meten en la cama y se tiran un rato pensando y envidiando lo que acaban de leer, ver o escuchar. Me entran ganas de cogerle de la pechera y gritarle "Pero tronco como qué "que pasada" y ya está, ¿y tu vida qué? si sabes que cosas harían de tu vida, una vida mejor ¿por qué no te lanzas y haces que tu vida no tenga nada que envidiarle a la de los demás?!". Y repito no estoy hablando de las ocasiones en las que nos alegremos por los acontecimientos que le ocurren a los nuestros, o haya momentos en que echemos de menos algunas cosas que otros estan viviendo; esos momentos no tienen porque ser una señal de que no estamos cumpliendo con nuestros proyectos vitales, simplemente son pequeñas comodidades o ventajas que prefeririamos tener. En realidad estoy hablando de aquellas veces en las que conoces las cosas que podrías hacer para sentirte mejor, para encaminar tu vida por el camino de tus sueños y no estas dedicando tiempo a cumplirlas. Yo por ejemplo muchas veces echo en falta salir de cañas con mis amigos por La Latina, o ver un partido de la Champions con mi padre, pero os aseguro que cuando pasan esos segundos, reconsidero lo que estoy viviendo, y no lo cambiaría por nada del mundo. Esa es la sensación, la sensación de estar en tu lugar, la que nos hace sonreír, y llegar a casa silbando nuestra canción preferida. Sabiendo que el tiempo no se esta escapando entre los dedos.
Dedicado a aquellos amigos, que solo les falta un empujón de valor, para echar a correr por la senda de Sus vidas.

4 comentarios:

  1. Hoy me encantó leerte, comparto y suscribo todo lo que has escrito. Me recordaste algo que escribí hace ya algún tiempo. Te dejo el enlace por si te apeteciera leerlo: http://tentretengo.es/elsalto.html

    Un abrazo.

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  2. Muy sabias palabras.

    La envidia de los viajes en parte es por el chip turista, imagino, y en parte por esa sensación de libertad y de coger al toro por los cuernos que se intuye tras cada uno de esos viajes.

    Sigue siendo el capitán de tu barco, te sienta muy bien! Y cuéntanos cositas de esa nueva tierra que te acoge...

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  3. jauroles: gracias, me alegro que te haya gustado :)tu relato lo acabo de leer, y sí la verdad es que creo que hablamos de la misma cosa, de lanzarse a la vida y no solo verla pasar
    esperada: gracias tambien a ti!!mi fiel comentadora ;) y sí, la verdad es que llevo unos días queriendo escribir sobre el lugar en el que estoy, pero quería esperar a solucionar los problemas que estoy teniendo y acostumbrarme a como son las cosas aquí. Te prometo algo pronto ;)

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  4. Muy muy muy muuuuy bueno capullo!
    Me ha encantado ;)

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