Ayer por la mañana vi un video en facebook, que compartí a continuación, y no se me quita de la cabeza. El vídeo mostraba la conversación que mantiene un profesor de artes marciales, afroamericano cercano a las cincuenta años, con uno de sus pupilos durante lo que parecía un examen para subir del cinturón blanco a uno más avanzado (graduación).
Al inicio se ve como el niño va lanzando puñetazos al aire a medida que su profesor cuenta en alto, cuando el profesor da la señal su asistente acerca una tablilla al estudiante para que la rompa de un puñetazo, pero el niño no lo consigue a la primera. Tampoco a la segunda. El profesor le pida que golpee fuerte, que no tenga miedo. Finalmente el niño rompe la tablilla al tercer puñetazo con su mano derecha. La frustración y el dolor de no haber podido romperla antes, con su mano izquierda, le provoca un lloro.
El profesor se acerca y le pregunta por qué llora. A continuación le explica cómo esa tablilla que no podía romper, que le generaba dolor y frustración no es más que un entrenamiento, o ejemplo físico extrapolado de lo que le deparará la vida. Le cuenta como a veces la vida nos presenta desafíos y situaciones que acarrean dolor. Ese dolor nos genera miedo y deseo de evitar el desafío o rendirse, pero si queremos crecer, o simplemente somos lo suficientemente responsables para afrontar nuestras responsabilidades, debemos encarar ese dolor y ese miedo para vencer a nuestros desafíos. El mensaje final se basa en nuestras capacidades innatas para superar retos, siempre y cuando nuestra voluntad sea más fuerte que el dolor y miedo que puedan producirse en el proceso.
Realmente un mensaje inspirador.
Al inicio se ve como el niño va lanzando puñetazos al aire a medida que su profesor cuenta en alto, cuando el profesor da la señal su asistente acerca una tablilla al estudiante para que la rompa de un puñetazo, pero el niño no lo consigue a la primera. Tampoco a la segunda. El profesor le pida que golpee fuerte, que no tenga miedo. Finalmente el niño rompe la tablilla al tercer puñetazo con su mano derecha. La frustración y el dolor de no haber podido romperla antes, con su mano izquierda, le provoca un lloro.
El profesor se acerca y le pregunta por qué llora. A continuación le explica cómo esa tablilla que no podía romper, que le generaba dolor y frustración no es más que un entrenamiento, o ejemplo físico extrapolado de lo que le deparará la vida. Le cuenta como a veces la vida nos presenta desafíos y situaciones que acarrean dolor. Ese dolor nos genera miedo y deseo de evitar el desafío o rendirse, pero si queremos crecer, o simplemente somos lo suficientemente responsables para afrontar nuestras responsabilidades, debemos encarar ese dolor y ese miedo para vencer a nuestros desafíos. El mensaje final se basa en nuestras capacidades innatas para superar retos, siempre y cuando nuestra voluntad sea más fuerte que el dolor y miedo que puedan producirse en el proceso.
Realmente un mensaje inspirador.
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