Rezo en la Mezquita Azul. Fuente: www.cuevadelviajero.com.ar |
Dos días de viaje. Salí el lunes por
la noche de Madrid, llegué a Estambul de madrugada. Ni siquiera el
metro estaba abierto. Como tenía 15h de espera hasta coger mi
siguiente vuelo, decidí pagar el visado de turista y lanzarme al
barrio de Sultanahmet.
Antes de salir del aeropuerto conocí a
una pareja de hermanas españolas, que con más cara que espalda
trataban de negociar con los taxistas, en un inglés por debajo del
nivel básico, acerca del precio hasta su hotel, justo en
Sultanahmet. Una vez consiguieron un precio “justo”, unos 15€,
quisieron que compartiese el viaje con ellas, y así les resultase
más barato la carrera. Pero sabiendo que andaba escaso de dinero, y
que el transporte público es de las mejores formas que uno tiene de
adentrarse en el modo de vida local, lo rechacé. Me dispuse a coger
el metro y el tranvía hasta mi destino.
En el metro me hice amigo de un coreano
al que le costaba sacar el billete de la máquina. Hablamos durante
las paradas que había entre el aeropuerto y el barrio donde se
encontraba su hotel. Esa fue mi primera experiencia con el inglés.
Le comenté que a las 9h pensaba ir a la Mezquita Azul, si quería
que pasaramos el día juntos en lugar de solos. Me dijo que lo
intentaría, pero nunca apareció. Por tanto, no me toco otra que
visitar la Mezquita Azul, Sofía, y el Museo Arqueológico solo. El
Palacio de Topkapi justo cerraba los martes :( Aunque pude el parque
que sen encuentra detrás, y tuve más tiempo para ver la zona del
puerto.
Tiempo era lo que me sobraba, porque no
haber dormido nada y la atención que requiere orientarse en un sitio
desconocido como extranjero me dejaron exhausto. En la Mezquita Azul
casi me quedo dormido al sentarme, y en el Museo hubo momentos que me
daba completamente igual las momias, y restos de Mesopotamia que allí
se podían disfrutar. Tampoco hice intentos de juntarme con otros
turistas. Pensaba pasar 7h por la ciudad, pero a las 4h ya decidí
volverme al aeropuerto.
Por la noche cogí mi vuelo a Dubai.
Llegué 4h más tarde, y allí tuve que lidiar con la chulería saudí
y sus visados. Particularmente no tuve ningún problema, pero me temo
que eso se debió a que yo era europeo e iba en camisa. A la mayor
parte de negros o indios les paraban y causaban retrasos. No olvidaré
como a un hombre negro, de unos 40 años, un saudí de aduanas le
recogió el pasaporte y le dijo que esperase a un lado. Sin ningún
motivo le mantuvo allí mientras los demás pasabamos y recibiamos
nuestro sello. Cuando me iba, el hombre seguía allí, sabiendo que
tampoco valía la pena protestar.
Cambié de terminal, a aquella que van
destinados los vuelos a zonas cercanas, africanas y/o relacionadas
con el mundo árabe. Vuelos a Afganistan, Yemen, Somalia, Kenya... Se
notaba que tenía un caché inferior a la terminal de la que venía.
Era todo un poco caótico ya que no aparecían todos los vuelos, ni
donde hacer el check-in con la compañía correspondiente. Para
informarme de donde tenía que facturar para mi viaje a Hargeisa tuve
que preguntar a un grupo de somalíes. Fue gracioso, porque al
principio el hombre a quien pregunté dudaba que realmente fuese a
Somalía, de hecho me cogió mi billete impreso para asegurarse. Tras
40min esperando, me di cuenta que al otro lado también había
somalíes, pregunté de nuevo, y resultó que había dos compañías
que volaban al mismo sitio, pero como no lo ponía en ninguna parte,
me puse en la errónea.
Me moví a la fila correcta y en
seguida conseguí facturar, luego pasar el control de seguridad, etc.
A continuación llegó mi sorpresa: en la sala de espera para
embarcar en los diferentes vuelos había una cantidad ingente de
árabes arropados con toallas y sábanas blancas. Parecía una
peregrinación. La mayor parte eran ancianos aunque también los
había jóvenes. A las 5am comenzaron a rezar en dirección a La
Meca. Sentí que había entrado de lleno en el mundo musulmán
ortodoxo que me esperaba. Creo que de 300 o 400 personas que allí
estabamos, yo era el único blanco. Claramente llamaba la atención.
Especialmente de los niños.
Pero la historia se pone mejor una vez
cogí el vuelo para mi destino: Hargeisa, en Somaliland.
Te admiro! Yo siempre digo que hay que valer para desenvolverte por ahi solo... toda la razon cn lo del transporte...
ResponderEliminarMe encanta leer estas cosas... por que me haces sumergir en una historia y es como si estuviera alli formando parte de ella.
Una escena muy graciosa; era el unico blanco.... jejeje me imagino xD ais los niños...
Gracias Nube. La verdad que yo me desenvuelvo bien cuando estoy solo, porque cuando voy con gente de viaje no suelo prestar atención a las cosas y no me oriento nada. Dejo que sean otros los que tomen el timón jeje Mañana iré a un orfanato donde apoyamos que nuestros estudiantes ayuden a los chicos de allí. Veremos como se portan ambos :)
EliminarPues eso tendre que hacer yo tambien.De hecho, eso de viajar sola lo tengo como reto personal por que al igual que tu, siempre que voy en grupo me apoyo en los demas, puedo ayudar con el mapa pero poco mås.
ResponderEliminarOh! Ya nos contarás. Que bonita y gratificante experiencia van a tener los alumnos y seguro q vosotros como profes tambien. Lo que daria por estar ahi... por que el curso que viene estudiare integracion social por eso mismo... por los centros de acogida. Aunque soy consciente que en esos paises o sudamerica... son cantidades mas brutales.
Un saludo!!