-Salud: cierto es que el ser
humano es un animal capaz de comer carne y sacar provecho de ella,
pero es totalmente falso que seamos un animal que la necesita para
sobrevivir. No somos leones, ni cocodrilos. Venimos de primates,
animales frugívoros, y aunque hayamos conseguido la capacidad de
metabolizar la carne, esta solo supuso un complemento a nuestra dieta
(un complemento clave, cierto). Evidencias anatómicas como la
longitud de nuestro intestino y la falta de "armas"
naturales como grandes colmillos o garras para cazar, lo demuestran
(algunos argumentaran que los humanos también tenemos colmillos,
pero nuestros colmillos no reflejan predisposición por la carne,
como sucede con nuestros primos los gorilas (estrictamente
herbívoros) son una herramienta de defensa).
La gran ventaja del ser humano respecto
a otros animales es su capacidad de adaptación. Fuimos capaces de
adaptarnos a nuevos climas, nuevos desafíos, y hasta a nuevas
dietas. La carne es algo nuevo para nuestra especie. Sin embargo,
manteniendo una disciplina y variedad de alimentos vegetales podemos
vivir perfectamente. Mucha gente no sabe que una aceituna contiene
más calcio que un vaso de leche. O que todas las proteínas que
necesitamos se encuentran en el mundo vegetal. De hecho, no solo el
consumo de carne que hoy se produce en occidente es innecesario, sino
que es excesivo y de mala calidad. ¿Cuantas veces creéis que
nuestros antepasados comían carne en una semana? ¿Pensáis que el
aumento de alergias y enfermedades nada tiene que ver con la ingesta
de antibióticos y hormonas por parte del ganado doméstico? Durante
miles de años la carne consumida por el ser humano no solo era en
menor cantidad, sino también de mejor calidad. La industria cárnica
y ganadera no solo nos engaña al promover mayor consumo de sus
productos, sino que encima gana el doble que antes al ofrecer
productos de peor calidad. Nuestro cuerpo no está preparado para la
gran cantidad de carnes y productos afines que hoy día consumimos.
Al igual que ocurre con la gran ingesta de azucares simples y grasas
actuales, pero eso es otro asunto.
-Éticos: hasta ahora he
explicado como veo innecesario y contraproducente el nivel de consumo
cárnico que en occidente estamos llevando a cabo. Muchos me han
preguntado por qué no me planteo reducir mi consumo cárnico, en
lugar de anularlo completamente. Aquí viene la parte más personal
de las bases de mi vegetarianismo, la ética. No es que esté en
contra de matar animales para comer, sino la manera en cómo matamos.
Hoy día no matamos por necesidad, sino que matamos por gusto y
placer. En una palabra, gula. Pienso que el precio a pagar por saciar
mi gula es demasiado alto para el resto de seres con los que convivo
en este mundo. Para mí, no es justo castrar a los cerdos sin
anestesia, mantener a decenas de conejos en jaulas pequeñas, quemar
el pico a las gallinas ponedoras para que no automutilen, o degollar
a corderos en navidad, solo por el sabor que me producen.
Probablemente os sorprenda, no solo a
vosotros sino al resto de compañeros vegetarianos, pero yo sí soy
(he sido) capaz de matar para comer, cuando lo veo (he visto)
necesario. Matar para vivir es ley de vida (descubrimiento recientes
muestran como hasta los ciervos en ausencia de su alimento base,
llegan a comerse los huevos de nidos en ramas bajas). Pero matar por
capricho es perverso. Cuando veo faenar a pescadores tradicionales,
granjeros que mantienen sus animales libres en la finca, y cazadores
que matan para comer, veo equilibrio y buen hacer. Pero nosotros, que
ni siquiera necesitamos comer carne gracias a la variedad de frutas,
legumbres, verduras, hortalizas... que encontramos en nuestros
mercados, nos afanamos en pagar a la industria ganadera, a pesar del
sufrimiento que generamos, para deleitar nuestro paladar. Una
lástima. Ojalá que al menos, las vidas quitadas para alimentarnos,
fueran respetadas antes de ser sacrificadas...
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