viernes, 1 de febrero de 2013

Soy vegetariano II


-Salud: cierto es que el ser humano es un animal capaz de comer carne y sacar provecho de ella, pero es totalmente falso que seamos un animal que la necesita para sobrevivir. No somos leones, ni cocodrilos. Venimos de primates, animales frugívoros, y aunque hayamos conseguido la capacidad de metabolizar la carne, esta solo supuso un complemento a nuestra dieta (un complemento clave, cierto). Evidencias anatómicas como la longitud de nuestro intestino y la falta de "armas" naturales como grandes colmillos o garras para cazar, lo demuestran (algunos argumentaran que los humanos también tenemos colmillos, pero nuestros colmillos no reflejan predisposición por la carne, como sucede con nuestros primos los gorilas (estrictamente herbívoros) son una herramienta de defensa).

La gran ventaja del ser humano respecto a otros animales es su capacidad de adaptación. Fuimos capaces de adaptarnos a nuevos climas, nuevos desafíos, y hasta a nuevas dietas. La carne es algo nuevo para nuestra especie. Sin embargo, manteniendo una disciplina y variedad de alimentos vegetales podemos vivir perfectamente. Mucha gente no sabe que una aceituna contiene más calcio que un vaso de leche. O que todas las proteínas que necesitamos se encuentran en el mundo vegetal. De hecho, no solo el consumo de carne que hoy se produce en occidente es innecesario, sino que es excesivo y de mala calidad. ¿Cuantas veces creéis que nuestros antepasados comían carne en una semana? ¿Pensáis que el aumento de alergias y enfermedades nada tiene que ver con la ingesta de antibióticos y hormonas por parte del ganado doméstico? Durante miles de años la carne consumida por el ser humano no solo era en menor cantidad, sino también de mejor calidad. La industria cárnica y ganadera no solo nos engaña al promover mayor consumo de sus productos, sino que encima gana el doble que antes al ofrecer productos de peor calidad. Nuestro cuerpo no está preparado para la gran cantidad de carnes y productos afines que hoy día consumimos. Al igual que ocurre con la gran ingesta de azucares simples y grasas actuales, pero eso es otro asunto.

-Éticos: hasta ahora he explicado como veo innecesario y contraproducente el nivel de consumo cárnico que en occidente estamos llevando a cabo. Muchos me han preguntado por qué no me planteo reducir mi consumo cárnico, en lugar de anularlo completamente. Aquí viene la parte más personal de las bases de mi vegetarianismo, la ética. No es que esté en contra de matar animales para comer, sino la manera en cómo matamos. Hoy día no matamos por necesidad, sino que matamos por gusto y placer. En una palabra, gula. Pienso que el precio a pagar por saciar mi gula es demasiado alto para el resto de seres con los que convivo en este mundo. Para mí, no es justo castrar a los cerdos sin anestesia, mantener a decenas de conejos en jaulas pequeñas, quemar el pico a las gallinas ponedoras para que no automutilen, o degollar a corderos en navidad, solo por el sabor que me producen.

Probablemente os sorprenda, no solo a vosotros sino al resto de compañeros vegetarianos, pero yo sí soy (he sido) capaz de matar para comer, cuando lo veo (he visto) necesario. Matar para vivir es ley de vida (descubrimiento recientes muestran como hasta los ciervos en ausencia de su alimento base, llegan a comerse los huevos de nidos en ramas bajas). Pero matar por capricho es perverso. Cuando veo faenar a pescadores tradicionales, granjeros que mantienen sus animales libres en la finca, y cazadores que matan para comer, veo equilibrio y buen hacer. Pero nosotros, que ni siquiera necesitamos comer carne gracias a la variedad de frutas, legumbres, verduras, hortalizas... que encontramos en nuestros mercados, nos afanamos en pagar a la industria ganadera, a pesar del sufrimiento que generamos, para deleitar nuestro paladar. Una lástima. Ojalá que al menos, las vidas quitadas para alimentarnos, fueran respetadas antes de ser sacrificadas...

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