martes, 29 de enero de 2013

Soy vegetariano I


Nunca he explicado aquí una de mis grandes peculiaridades: soy vegetariano.

Como podréis imaginar, soy una especie minoritaria, y por ello, es sacar el tema (normalmente no soy yo, sino algún amigo que me delata) y empezar a recibir preguntas en forma de misiles y puñales. No os asustéis, también hay preguntas de simple curiosidad, no todas son para atacar mi postura o excusar la propia.

Siempre contesto que las razones para ser vegetariano son mayores que las razones para no serlo. Pero sobretodo entiendo, es una cosa muy personal. Nunca trato de convencer a nadie de que se mude a "mi barrio", aunque sí defiendo mi visión ante cualquiera. Como en otros temas, si la otra persona no siente un mínimo de interés, por un oído le entra y por otro le sale. Yo mismo tardé 3 años en interesarme, y finalmente, decidirme.

Los motivos, como digo, son variados. Desde el aspecto ético, pasando por la economía y el medioambiente, hasta llegar a la salud:

-Economía: Aunque el proceso de industrialización ha conseguido disminuir los precios de la carne y derivados, todavía consumir productos vegetales es más barato. No se trata de que los ganaderos sean más avaros que los agricultores, sino de lógica bioenergética: mientras en un campo de una hectárea se puede cultivar, por ejemplo arroz, para alimentar a dos familias, la cantidad de carne para alimentar a esas dos familias necesita de mayor superficie de pasto que una hectárea. La energía que se transmite de un nivel trófico a otro se pierde en forma de calor y energía consumida por el nivel anterior. Es decir, bioenergeticamente hablando, consumir plancton es más eficiente que comer sardinas, comer sardinas es más eficiente que comer atún, y comer atún es más eficiente que comer tiburón. Es más barato generar, y por tanto consumir, los productos de niveles tróficos primarios que los productos de niveles tróficos secundarios, terciarios... De esta forma, entendemos porque las sociedades más pobres basan su dieta en productos vegetales, mientras que las sociedades más ricas aumentaban sus platos cárnicos. Actualmente, vivimos un momento de la historia donde países anteriormente "pobres" están experimentando un rápido crecimiento económico. Países como China, Brasil o India, están aumentando su consumo de carne, lo que ha ocasionado que los precios de productos básicos como el arroz, trigo o maíz, hayan aumentado (por la demanda de alimento de su industria ganadera), generando una grave crisis alimentaria (otro factor relacionado es el auge de los biocombustibles, industria dependiente también de estos productos).

-Medio-ambiente: el punto anterior tiene que ver con este otro. Cuando consumimos productos de niveles tróficos primarios, consumimos menos energía, es decir, somos más eficientes. Esto favorece el ahorro energético, reduce la cantidad de residuos producidos, y en consecuencia, nuestra huella ecológica en el planeta disminuye. Cuando se habla del cambio climático generado por la emisión excesiva de gases efecto invernadero, muchos son los que piensan que este problema únicamente deriva del tráfico y las fabricas, pero son las granjas ganaderas industriales de cerdos y vacas las que mayor emisión de gases efecto invernadero producen. Por no hablar del daño que ocasionan los campos transgénicos de soja y maíz que sirven para alimentar a la industria ganadera creciente, o la gran contaminación de suelos y aguas que producen las factorías con heces y animales muertos.

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