miércoles, 5 de enero de 2011

Salgo de mi semilla y noto la tierra húmeda, fría, hostil. Comienzo a estirarme, y cuando salgo al exterior me veo perdida. En medio de un bosque templado, donde todos mis vecinos son más altos, más fuertes, más experimentados...yo soy pequeña, sin muchas opciones de conseguir la luz que necesito para vivir, no me creo capaz de llegar a ella. Pienso si es mejor crecer, o dejarme llevar por las corrientes del tiempo y morir apaciblemente, merced de los hongos que salpican el húmedo suelo.
Sin embargo pienso, ¿vine a este mundo para dejarme morir?...ya que estoy aquí, cuidare de mi momento.
Comienzo a tirar de mí, absorbo todo el agua que las malas hierbas tratan de quitarme, y defiendo mi parcela con las raíces que con gran fuerza extiendo. Saco brotes de mi cuerpo, y aprieto los dientes cuando las heladas llegan. Veo morir muchas de mis hojas al poco de nacer, trayendo la tristeza de la incapacidad, de la desesperanza. Y entonces...vuelvo a tirar de mí. Sigo creciendo...
Durante este tiempo, obtengo satisfacciones que nunca imagine podrían satisfacerme. Veo pequeñas arañitas tejer sus telas en mis primeras ramas. Noto las suaves patas de una salamanquesa ascender por mi tallo, lentamente, al ritmo que abro mi pequeña copa a un haz de luz que he logrado captar. Huelo la fragancia de las flores que se ven a ras de suelo, primaverales. Noto su sonrisa hacia mí, y con su apoyo, fabrico nuevas hojas...
Al cabo del tiempo, me miro, mis aspiraciones han cambiado, vuelvo a sentirme perdida entra unos arboles viejos que tienen más espacio, más luz, más seres viviendo con ellos. Sigo siendo nada. Pero de repente la lluvia choca en mi corteza y me hace ver lo que soy. Simplemente me dice que yo SOY, existo.
Tener la posibilidad de crecer como lo hice, de elegir, de sentir, de oler, de ver...de vivir! es más que suficiente. Porque en esta vida, lo único seguro que tenemos que cumplir, es el hecho de vivir, y yo lo estoy haciendo cada día.
Casualidad de la vida o no, en los días complicados, suelen ser tontos los momentos que nos hacen reconsiderar, lo bueno que tenemos :)

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