domingo, 1 de abril de 2012

Nueva "mundanza"


Ayer pasé la primera noche en mi nueva casa. Mi nuevo hogar.

...Hace un par de semanas encontré una habitación en un piso de estudiantes, mucho más cercana a la universidad donde estudio, un poco más barata que la que estaba, y con internet. Esto último, a mi pesar, fue una de la causas determinantes de mi decisión para mudarme (pareció despertar el alma freak que llevo dentro!); junto con el tiempo que podría ahorrar todos los días de camino a la facultad (ahora tardo 15 minutos andando, y antes eran 40 minutos en metro).

Hoy me he levantado a las 15h, tras haber llegado ayer por la noche, con la maleta llena de cosas a la habitación, dejarla sin abrir, y salir de fiesta con un amigo que conocí durante mi año erasmus. Me he despertado tarde, pero gracias a mi conciencia altamente disciplinada en horario nocturnos, sin resaca y con ganas de hacer cosas en este domingo soleado.

En el silencio y tranquilidad de saber que tus actuales compañeros de piso se encuentran de vacaciones por semana santa, me puesto a desempaquetar la maleta con música de fondo, y a curiosear toda la casa. Mi nuevo hogar.

Esta mudanza es una más. Pero desde que llegue a España, cada vez que me traslado, recuerdo como fueron los anteriores; no lo puedo evitar. Busco semejanzas y diferencias entre ellos, sentimientos que afloran, expectativas que fermento para el futuro.

Mi vida es un viaje que da la vuelta al mundo y a veces por inercia, consigue darme la vuelta a mí. Por suerte hoy, me encuentro boca arriba, con una sonrisa. Vieux Farka Touré canta al son de su guitarra, canciones africanas que me dicen "la serpiente camina haciendo eses, pero eso no significa que esté borracha". Y pienso que igual no es tan malo ir de un lado para el otro. Que la experiencia que estoy captando es muy importante para el futuro que siento vibrar en mi interior. Que tengo que callar ese impertinente agobio que me entra muchas veces, cuando no me contenta nada de lo que hago.

Mi hogar es el mundo, y no tengo por qué dar más espacio al sentimiento de desubicación que me deprime en las noches de silencio. El hogar es lugar donde nos sentimos acogidos, protegidos, cómodos... Es un acompañante de la felicidad, y como ella, intuyo que es algo que llevo dentro, y no algo que deba buscar fuera. Como las tortugas, voy asumir que el hogar donde quiero encontrar sosiego, lo llevo encima, y no tengo que dar más vueltas para encontrarlo.

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