miércoles, 31 de agosto de 2011

Sentido humano de la vida

Pienso que siempre me gustó escuchar la lluvia contra la ventana de mi habitación, pero que no sería lo mismo si viviera en una chabola de la favela. Que ahora esa lluvia me señala el aire limpio que al día siguiente podré respirar, pero que en otros lugares solo significa un camino de barro hasta el mercado. Que el sol que tomo en la playa para estar moreno, es el que quema la piel del vendedor subsahariano de las gafas de sol y las pulseras de cuero. Que me despierto y voy directo al baño, para luego dirigirme a desayunar, mientras otros orinan por un catéter en su cama de hospital, mientras la enfermera le ordena ayunar hasta la prueba gastrointestinal. Otra más.

Pienso en placeres. En los más placenteros. Que corresponden con los más primitivos, e instintivos. Pienso en orinar cuando llevo una hora queriendo hacerlo. Llegar al orgasmo mirando los ojos de mi chica. Comer, sin haber probado bocado durante todo el día. Relajarme, tras acabar un buen trabajo. Pienso en como me hacen vibrar cuando los consigo experimentar, que el mejor, siempre es el que está por llegar cuando más lo necesito.

Pienso que necesito poco para vivir, que lo innecesario me sobra, y no me ayuda a ser feliz ni a disfrutar de los auténticos placeres de la vida. Que estoy aquí por algo, y que ese algo se mueve entre "nosotros"... que como humano debo preocuparme por actuar como tal, demostrar mi humanidad al tiempo que la disfruto y sufro.

4 comentarios:

  1. Buenísima entrada tu, me ha gustado mucho!

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  2. Qué bonito!

    Me encanta, en su forma y contenido.

    Besos!

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  3. ¿Sabes qué le dijo Rimbaud a un amigo suyo que le dijo que era feliz? “¡Cómo has podido caer tan bajo!”.

    Salud amigo.

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