Tras unos días en los que he estado debatiendo conmigo mismo sobre si hablar de los disturbios en Madrid o sobre mi nostalgia hacia mis personas queridas, he decidido no hablar de ninguna de ellas, y continuar con mi visión del nuevo lugar en el que vivo. Porque sí, porque igual que disfrutó y lloró con lo que me contáis de allí, también quiero aportaros algo que yo si vivo y vosotros no.
Además que mejor tema para relacionar nostalgia familiar y disturbios violentos que hablar del tráfico, tránsito en portugués, paulista. Cercanía social y violencia en un mismo espacio.
Como podréis imaginar de la segunda ciudad del mundo con mayor densidad de población, aquí el tráfico es horrible. El transporte público tiene un índice de calidad parecido al índice de seriedad de Pocholo, los pasos de cebra son bromas irónicas al peatón, y el uso del intermitente no lo conocen, así que para indicar cambios de carril o giros, utilizan la bocina. En efecto, es un tráfico caótico y con banda musical incorporada.
El sistema de metro tiene nada más que 5 lineas, mientras que en Madrid (con 16 mill de habitantes menos) existen 13. Los buses, aquí llamados omnibuses, poseen dos funcionarios: el conductor y un cobrador que se encuentra en la parte media del vehículo visiblemente dormido, y sentado en frente de un torno que existe para pasar al otro lado, donde se encuentran las puertas de salida. El torno esta hecho para aquellos personas corredoras de fondo o en estado de malnutrición, así que si eres obeso o llevas mochila estás literalmente jodido. Pero con el paso del tiempo, llegas a acostumbrarte a pasar ajustadamente por ese artilugio donde notas como sus hierros se deslizan por tu piel cual boa constrictor. Por supuesto este tipo de transporte público me parece de lo peor, y más en una ciudad donde es visible la riqueza por parte de la autoridad local y parte de la ciudadanía. Muestras de ello son la cantidad de vehículos todoterrenos, motocicletas de gran cilindrada, helicópteros (hay muchos edificios con helipuertos en la azotea)... ¿Por qué entonces no se invierte más en una mejor movilidad urbana? porque los políticos de turno prefieren quedarse parte de ese dinero público, y no les importa mucho la movilidad de la clase media y baja ya que se mueven dentro de sus coches privados, con chóferes, etc. Me resulta gracioso sin embargo, cuando hablo con personas de Colombia u otros países, y me dicen que aquí el transporte público esta muy desarrollado...ejem ejem... no quiero pensar cuando vayan a Europa, y mucho menos pensar, cuando yo vaya a sus países.
Además de mala calidad, el transporte público brilla por sus altos precios. El bus y el metro cuestan torno al 1,30 E y no existe bono transporte o algún medio para que sea más barato el hecho de viajar a tu zona de trabajo, estudios todos los días. Cuesta más que en España, y como yo he comprobado, y más que en otros países escandinavos o del centro de Europa. Teniendo en cuenta la diferencia de salarios que aquí hay con respecto a Europa, y de su mala calidad, me parece un robo por parte del Estado, y un impulso al transporte individual. La ciudad tiene tantos coches y motos, que el aire puede producir dolor de cabeza, tos, inflamación de la garganta y escozor en los ojos. Estos síntomas yo los he tenido, y eso que no voy mucho al centro de al ciudad. No quiero nombrar otros problemas más graves testados en estudios científicos para aquella parte de la población en contacto directo y frecuente con este tipo de ambientes. Solo cuando llueve, notas ciertas mejoría en la calidad del aire, pero claro, esto no siempre ocurre. Aquí en Sao Paulo, aún no he visto el cielo de un color diferente al gris de las nubes que avecinan chubascos, o al amarillo propio de los días que brilla el Sol con su amigo Smog.
Con todo esto moverte por la ciudad puede resultar una aventura emocionante al estilo Indiana Jones. Para cruzar los pasos de cebra los vehículos no paran, incluso usando la técnica de amagar con la pierna al aire para comprobar si pisan el freno, como me describió en Madrid un amigo palentino. Aquí, hay que ser igual de agresivos que ellos: pasar fingiendo que no les ves, y rezar para que ellos si lo hagan. En el bus, es fundamental sujetarte a las barras, o en caso de que seas bajito (muchos buses fueron construidos en Alemania, tomando su patrón de altura, que claro está, no es el mismo que en latinoamérica) agarrarte de las correas que cuelgan de ellas. Sino lo haces, puede pasar lo mismo que si montas en una atracción de feria sin ponerte el cierre de seguridad: vuelas y te chocas con todo el mundo. La gente no permite salir antes de entrar: aquí todo es junto y a la vez. Así que si tienes que bajarte en esa parada debes actúar del mismo modo que con el paso de cebra: no mires a tu contrario, solo avanza. Y por último, si tienes prisa por ir a algún lugar, olvidate de cumplir tus objetivos utilizando el transporte público. Conozco gente que han celebrado un par de cumpleaños esperando a su autobús.
Abraços!!
jajaja me ha hecho mucha gracia lo de Pocholo! Y lo de PalentiaMan! No te olvides tampoco del "cooooooooooooooño!" jajaja
ResponderEliminarun abraXo!
Jajaja como transporte no, pero como atracción de feria 1,30 € resulta hasta barato, no?
ResponderEliminarBesos!
no me olvido de vosotros nunca jaime :) me alegra que sigas leyendome, aunque los titulos de tus post cada vez me dejan más confuso xD
ResponderEliminarsi la verdad que en ese punto llevas razón Esperada jaja