martes, 19 de marzo de 2013

¿Afortunado?


A pesar de los problemas que pueda tener, llevo varias semanas tratando de sentirme lo mejor que puedo. Ese es mi objetivo diario.

Camino un rato por la mañana hasta la parada de tren, en lugar de coger el bus delante de casa, para así respirar el aire del amanecer. Me fijo en los padres que recogen a los niños del colegio, y sonrío. Leo tranquilamente durante mi viaje al trabajo o a la universidad. Y hago las cosas de casa con un poco de música, al tiempo que coloco incienso en el salón.

Pues bien, hoy no es un día alegre, como quien dice. Hoy estoy lleno de rabia. La causa es aquella dichosa frase que últimamente oigo desde que encontré trabajo como becario: "no te puedes quejar de nada, tienes un trabajo donde te pagan". Si me lo dijeran personas en situaciones mucho peor que la mía, podría entenderlo. Pero no suele ser así.

Señor@s, soy uno de esos chicos que pertenecen a la generación más preparada de la historia (eso dicen), que ha estudiado duro toda su vida; que a los 20 años se fue de casa con varios programas de intercambios (no regalados como algunos piensan, sino ganados con mucho esfuerzo) para aprender a vivir independientemente y conocer nuevas lenguas y culturas; que esos dos años fuera de casa no solo le han válido para divertirse y hablar 3 lenguas, sino que también le han aportado mucha soledad y sacrificio; que nada más volver a casa busco trabajo al tiempo que lo compaginaba con su Proyecto Fin de Carrera; y ahora, después de haber pasado por 4 prácticas donde le pagaban nada, a excepción de la última, 80€ al mes, por fin ha conseguido un puesto como becario con un sueldo de 700€ al mes. Obviamente, insuficientes para ayudar a sus padres, y relajar el cinturón que los aprieta (como a todos) en los tiempos que corren.

Yo, a diferencia de ustedes, no vengo de esa generación que tardó 40 años en deshacerse de la dictadura; que vio crecer este sistema injusto, donde los ricos roban a los pobres con total impunidad; que votó a partidos corruptos y déspotas; que prestaban más atención al fútbol que al devenir de sus hijos y nietos; y que ahora, encima, se queja con la llegada de las vacas flacas diciendo "los jóvenes no hacen nada por cambiar esto".

Yo en su lugar, después de toda mi vida estudiando y preparándome para el presente, lo veo ahora más negro que nunca: con manifestaciones todas las semanas (de las que participo para "lograr un cambio", como tanto apelan desde su sofá), huelgas de metro, autobús y tren cada dos por tres; poca esperanza de trabajo; y un mundo tan contaminado que un paseo por la calle consigue reducir tus años de vida más que el tabaco.

Por no hablar del futuro. El futuro al que me atengo señor@s desafortunados, no contempla pensión alguna cuando me jubile, ni una sanidad pública digna, ni tasas universitarias adecuadas para la mayoría, ni una gran cobertura farmacéutica caso de caer enfermo, ni ahorros para poder irme de vacaciones con mi familia...

No me gusta que me infravaloren, pero a día de hoy, mucho menos que me consideren un afortunado. Eso es despreciar mis años de esfuerzo y mi valía.

Con todos mis respetos, antes de considerarme un miembro de la Casa Real que nació con un pan bajo el brazo, piensen si alguno de ustedes se cambiaría por la situación que jóvenes como yo estamos viviendo a día de hoy. Incluso con mi gran sueldo de 700€ al mes.

6 comentarios:

  1. si no te lo dice gente que esté peor, entonces sí que no tiene sentido.
    la verdad es que hoy en día una de las cosas más difíciles es ponerse en el lugar del otro... la empatía tan necesaria siempre...
    espero que sigas luchando.. y disfruta de la brisa mañanera...

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  2. La empatía algo que para mi y para muchos otros es innato , no la conocen y ni conseguirán nunca tenerla.
    Por no decir que hay personas que tampoco saben mantener la boca cerrada. Porque opinión tenemos todos pero si no sabes ponerte en la piel de los demás, lo mínimo que puedes hacer es callarte y así te aseguras que no la ofendes.
    Pero es que también hay gente que cree que todo lo que piensa es la única verdad.

    Ignorarles es lo mejor.

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  3. Plas, plas, plas...

    No puedo añadir nada nuevo ni nada más.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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