Tras 4 días en Granada con mi amigo, no solo percibí ese aroma árabe que deja la ciudad a todos sus visitantes, ya sean extranjeros o españoles, sino que también me vine a Madrid con la seguridad de tener a alguien a mi lado. Y esa sensación, no tiene precio.
Los dos somos parecidos y al mismo tiempo distintos:
Los dos somos malos invitados para una comida, él debido a su adicción cárnica y poca curiosidad por todo lo que vaya más allá, y yo por culpa de mi decisión vegetariana.
Los dos nos enrollamos cuando hablamos de nuestros estudios, siendo Steve Jobs su ídolo y el mío Manuel E. Patarroyo.
Los dos disfrutamos de la música en su más amplio significado, sorprendiendo a todos cuando nos ven bailar desde ska hasta house.
Los dos compartimos ese aire revolucionario de querer cambiar las cosas, y sabemos como camuflar nuestras perspectivas, la suya más anárquica y la mía más moderada, de nuestra apariencia.
Los dos caminamos heridos, hablando de aquellas chicas que pasaron por nuestra vida sin dejar de irse.
Los dos miramos de la misma forma a las nuevas chicas que se pasean por nuestros ojos, aunque el diga que yo las miro con la mente sucia, y yo diga que él es más descarado.
Los dos somos unos místicos, aunque el misterio yo lo guardo en mis viajes, y él los guarda en su actitud. Y es que nos encantan los libros de Paulo Coelho.
Nos gusta la cerveza, y sabemos que a veces tomamos demasiadas...
Somos deportistas, pero retirados. Ambos añoramos aquella época de entrenamientos durante la semana que acababa en el partido de los domingos. Los gimnasios no terminan de adaptarse a nosotros.
Conocemos la teoría, pero la práctica se nos pone cuesta arriba a menudo.
Hacemos gala del humor siempre que salimos de fiesta, y la suerte nos acompaña haciendo que conozcamos personajes, cercanos a la ciencia ficción, cada noche en cada bar.
Al pasear, es fácil ver que nos complementamos bien, y al pedir una foto, la gente confunde nuestra relación de amistad por una amorosa, logrando en nosotros unos disimulos "machotes" tras la foto y risas al doblar la esquina.
Y así vamos. Tras 6 años de amistad, y siendo conscientes que algunas cosas han cambiado pero nuestra amistad no. Y espero que la cosa dure... que dure muchos años más, porque con él, mi vida es más agradable de recorrer.
Un abrazo para ti, de los más real, y descrito con palabras. Tuve que pasar un año y medio fuera de España, y que al volver tu te hubieras ido a Granada, para darme cuenta lo importante que sois personas como tú en mi vida :)
Los dos somos parecidos y al mismo tiempo distintos:
Los dos somos malos invitados para una comida, él debido a su adicción cárnica y poca curiosidad por todo lo que vaya más allá, y yo por culpa de mi decisión vegetariana.
Los dos nos enrollamos cuando hablamos de nuestros estudios, siendo Steve Jobs su ídolo y el mío Manuel E. Patarroyo.
Los dos disfrutamos de la música en su más amplio significado, sorprendiendo a todos cuando nos ven bailar desde ska hasta house.
Los dos compartimos ese aire revolucionario de querer cambiar las cosas, y sabemos como camuflar nuestras perspectivas, la suya más anárquica y la mía más moderada, de nuestra apariencia.
Los dos caminamos heridos, hablando de aquellas chicas que pasaron por nuestra vida sin dejar de irse.
Los dos miramos de la misma forma a las nuevas chicas que se pasean por nuestros ojos, aunque el diga que yo las miro con la mente sucia, y yo diga que él es más descarado.
Los dos somos unos místicos, aunque el misterio yo lo guardo en mis viajes, y él los guarda en su actitud. Y es que nos encantan los libros de Paulo Coelho.
Nos gusta la cerveza, y sabemos que a veces tomamos demasiadas...
Somos deportistas, pero retirados. Ambos añoramos aquella época de entrenamientos durante la semana que acababa en el partido de los domingos. Los gimnasios no terminan de adaptarse a nosotros.
Conocemos la teoría, pero la práctica se nos pone cuesta arriba a menudo.
Hacemos gala del humor siempre que salimos de fiesta, y la suerte nos acompaña haciendo que conozcamos personajes, cercanos a la ciencia ficción, cada noche en cada bar.
Al pasear, es fácil ver que nos complementamos bien, y al pedir una foto, la gente confunde nuestra relación de amistad por una amorosa, logrando en nosotros unos disimulos "machotes" tras la foto y risas al doblar la esquina.
Y así vamos. Tras 6 años de amistad, y siendo conscientes que algunas cosas han cambiado pero nuestra amistad no. Y espero que la cosa dure... que dure muchos años más, porque con él, mi vida es más agradable de recorrer.
Un abrazo para ti, de los más real, y descrito con palabras. Tuve que pasar un año y medio fuera de España, y que al volver tu te hubieras ido a Granada, para darme cuenta lo importante que sois personas como tú en mi vida :)
Qué bonito y difícil a la vez! Amistades de ese tipo no hay muchas.
ResponderEliminarPd.- Granada es única.
Besos!