Ayaan Hirsi Ali. Fuente: www.wheelercentre.com |
Cuando llegué a Somaliland, en la
habitación que el colegio me ofreció encontré numerosos libros de
lectura. De todos ellos, mi atención y mis manos se fijaron en la
autobiografía de Ayaan Hirsi Ali. Infidel.
Muchos tal vez nunca hayáis oído
sobre esta gran mujer. Se trata de alguien que nació en Somalia, y
se crió rodeada de la cultura y sociedades musulmanas. Su libro, a
través del cuál estoy conociendo a Ayaan, no solo cuenta los hechos
que la sucedieron durante los años que vivió en Somalia, Arabia
Saudí y Kenia, rodeada de familiares y amigos musulmanes en su
mayoría, sino que también narra las reflexiones y experiencias que
la convirtieron en lo que es hoy en día: una fuerte defensora de los
derechos humanos, crítica con el Islam, y amenazada de muerte por
grupos religiosos.
Participó en una película holandesa
que describe la historia de 4 mujeres que sufren abusos en nombre de
Mahoma, lo que conllevo al asesinato de su director (y amigo de
Ayaan) y amenazas contra ella.
Recomiendo a todo el mundo que si puede
consiga el libro, y conozca la historia de esta gran mujer. No porque
pueda ser interesante desde el punto de vista religioso, o desde el
punto de vista de una defensora de los derechos humanos, con especial
enfoque hacia temas relacionados con la mujer; obviamente lo es por
todo eso también. Pero principalmente porque es un libro inspirador.
Uno se da cuenta que los hechos que nos
ocurren solo se conectan por nosotros. Los sucesos son como puntos en
un gráfico, unidos por nuestra forma de ver las cosas. Nos guían y
muestran el camino que podemos optar para llegar al final, pero solo
nosotros podemos interpretarlo y aprender de él. No debemos temer a
los dramas que están por venir, ni lanzarnos a los placeres de la
vida sin vacilar. Por sí solos no valen nada.
Esta gran mujer fue lo suficiente
fuerte y paciente para aprender en cada una de sus etapas los
fundamentos que necesitaba para algún servir a su comunidad con
fuerte determinación. No se vino abajo cuando la mutilaron los
genitales (Somalia es el país que lidera el ranking de ablaciones
sufridas por niñas), ni cuando sufría abusos físicos y
psicológicos en la adolescencia, ni cuando su padre pacto su
matrimonio con su primo.... Todo eso no hizo sino darle pruebas de
quién quería ser en el futuro. La moldeo tal y como es.
No quiere decir que se justifiquen las
atrocidades que miles de mujeres y niños sufren en los países
pobres, con sobrada violencia diaria, pero sí es un ejemplo para
sobreponernos a nuestras tareas y buscar lo mejor de nosotros.
Ofrecer lo mejor de nosotros sea cuál
sea la circunstancia. Hace falta vivir la vida, para que tenga algún
sentido. Por sí sola, no basta.
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