lunes, 30 de julio de 2018

Termina el Instrituto de Verano


Termina la aventura que comencé hace un mes. Ser mentor de profesores en Madrid ha sido una experiencia más intensa y constructiva que la del año pasado en Ghana. La diferencia ha sido claramente el equipo de personas involucradas en la formación y apoyo a los profesores participantes del programa. Todas ellas con un 100% de compromiso, profesionalidad, y humildad.

Es impresionante como el entorno de trabajo afecta al bienestar personal. Pasamos tantas horas en nuestro ambiente laboral, que el hecho de tener compañeros profesionales y cercanos influye mucho en nuestra satisfacción diaria. A veces no nos damos cuenta de esto. Si siempre trabajamos en el mismo sitio y con la misma gente… no nos damos cuenta. Es cuando salimos de nuestro entorno de confort, varíamos de puesto de trabajo, empresa y compañeros que podemos comparar y percibir las diferencias y sus efectos.

Llego a casa cada día agotado. Cansado. Sabiendo que no podría dar más aunque quisiera. Y esta sensación de cansancio se complementa a la perfección con una felicidad plena. Sabiendo que estoy con y por la gente correcta. Personas que me aportan al mismo tiempo que se abren a mis contribuciones.

Ya se acaba y la verdad que no me sabe ni bien ni mal. Me sabe a una comida bien saboreada y que ocupa el lugar correcto en la dieta de la vida. No sé si volveré o no a coincidir en un espacio profesional como el que acabo de experimentar, pero tengo por seguro que lo que he vivido me acompañará el resto de mi vida.

Que me quiten lo bailao’.

¡Gracias compañeros!

lunes, 2 de julio de 2018

Graduación: un adiós y un hola

El sábado me gradué en el programa de profesorado de dos años. El programa, y la fundación, que han cambiado mi vida a través de un desarrollo personal y profesional conjunto. Cambió mi perspectiva de la educación y cambió mi manera de afrontar la vida.

Dejo atrás a aquellas personas que me acompañaron, maravillosas todas ellas, pero entre las que destaca L. L. me hizo volver a enamorarme locamente tras años de relaciones pasajeras intrascendentes. L. me confundió, me maravilló, me decepcionó y me fascinó. Una y otra vez. Una aventura, una pasión, lo llaman.

La última vez que tuvimos contacto fue en marzo de 2017, tras una visita mía a Barcelona y a su casa. Como no, acabamos en su habitación teniendo un sexo apasionante y bello. Volviendo a caer en una discusión amarga dos horas tras mi marcha.

Luego me ignoró. Ignoró mis mensajes, mis intentos de tener al menos una amistad. Ignoró mi tristeza, mi ilógico sentimiento de culpa, y mi anhelo. Comenzó a conocer a otras a personas, y a sí misma. Me mató la esperanza y la razón. No conseguí entenderla ni entenderme. Pero todo tiene una parte positiva: me centré más en mi trabajo; tuve tiempo de ser el profesor que quería llegar a ser. Me permitió también centrarme en otras relaciones: con mis padres, con mis amigos, y con mi actual pareja: P.

Mi pareja, mi compañera, P., es completamente diferente a L. Sería deshonesto decir a quien quiero más de las dos - a ambas me ata el corazón - pero es cierto que P cree en mí y me ha apoyado desde el primer día. Tal vez el sexo no sea tan salvaje, pero sigue siendo bello. Tal vez P. no consiga despertarme mariposas en el estomago como L. todavía logra, pero me ama y me escucha. No la culpo de hacer desaparecer la ilusión enamorada. La rutina y convivir juntos cada día mata las hierbas de la pasión para dejar paso al árbol del amor.

Por L. yo estaba apasionado, pero lo nuestro no llegó a ser amor. No pudimos, o quisimos, conocernos. Con P. sentí pasión y ahora compartimos amor. Nuestra relación madura a paso tranquilo, sin grandes contratiempos ni emociones sobrecargadas, al son de una placidez envidiable.

De igual forma transcurre mi vocación docente. Si bien cuando era joven solo me interesaba por profesiones con frecuentes reconocimientos es ahora, conviviendo con P, que entendí la virtud de la paciencia, la escucha. Del amor falto de pasión y lleno de ternura.

Mientras que la curiosidad es la semilla de la sabiduría, la pasión lo es para el amor. Pero es solo con trabajo, compromiso y determinación que se logra el premio final.

Bienvenidas sean las experiencias, que aunque dolorosas, han hecho de mí el hombre que soy.

Buena suerte L. Muchas gracias P.