Me pregunto muchas veces el sentido de mi vida y lo que hago en
ella. Me pregunto qué sentido tiene mi existencia, para qué estoy
aquí, y por qué voy a trabajar en esto o en aquello. Cuál es el
fin, o el baremo de criterios a elegir una cosa u otra... Vivo triste
y frustrado.
Hace unos días terminé el libro de Masanobu Fukuoka "La
senda natural del cultivo", tras haberme leído en verano su
obra "La revolución de una brizna de paja". Ambos tratan
métodos de agricultura sostenible y orgánica. Pero van más allá,
pues no solo describe los métodos y las técnicas, sino que apoya
tales decisiones con argumentos propios de la filosofía zen oriental
y del conocimiento holístico, buscando la verdad a través de una
mirada profunda.
Ayer por la noche, vi la película "The end of the line",
crítica al modelo de pesca actual mayoritario que merma nuestros
océanos y genera graves consecuencias medioambientales (pérdida de
ecosistemas), sociales (migración) y económicas (desempleo). En el
documental, además de expertos en biología marina, economistas, y
sociólogos, salió un pescador artesanal de Bahamas. El chico no
tendría más de 30 años, pero cuando hablaba, parecía tener 50.
Era tranquilo, vestía holgado, con sus rastas recogidas en un
turbante, y parecía feliz. Nada que ver con los tíos que veo en el
cercanías de las 8h.
Tanto el agricultor japonés, como el pescador de Bahamas, basaban
su vida en la integración con la Naturaleza. Masanobu consideraba
que nada de lo que el hombre pudiera hacer podía igualarse con Ella,
por tanto, solo nos queda vivir según sus designios y compartir
nuestro espacio con el resto de seres. Para él, eso es lo más
inteligente, pues siglos de evolución no pueden dar nada más sabio
que lo hay a nuestro alrededor. Pensar, que nosotros, viajeros recién
llegados a este mundo, podemos inventar algo o modificarlo
produciendo beneficios grandes y rápidos, solo es muestra de nuestro
ego, o nuestra ignorancia, pues no tenemos capacidad para igualar a
la Naturaleza.
Siguiendo sus palabras, el hombre moderno trata de conocer el
mundo a través de la discriminación. Categorizamos, seleccionamos,
dividimos, diferenciamos... De este modo, si antes había 2 ramas del
conocimiento, luego se dividieron en 4, más tarde a 8,
posteriormente a 16... Cualquier estudiante sabe de lo que hablo. Hoy
en día, hay especialistas para cada ámbito. Demasiadas cosas para
conocerlas todas en su conjunto.
De este modo, remarca el escritor y agricultor japonés, la
Naturaleza no discrimina, es inmensa. Por tanto, nosotros no
deberíamos trabajar para explicar cómo es (es imposible debido a su
inmensidad) o inventar nuevas cosas (imitaciones humana de lo que ya
existe). "Pero ¿si ya está todo inventado? ¿qué tiene
sentido?" Nuestra labor será la de formar parte de esa
Naturaleza e integrarnos con los demás seres. Conectando con el
mundo, conectaremos con nosotros mismos y desvelaremos los misterios
de la vida.
No somos felices, no sabemos quienes somos y para qué estamos
aquí, porque no formamos parte de ese todo. De la Naturaleza de la
que nacimos. Andamos perdidos en nuestras ciudades de cemento y luces
buscando nuestro lugar en el mundo a través del dinero, la fama, la
comida, la juventud eterna... pero al poco, nos queda ese vacío
insoportable que vuelve a azotarnos con soledad y dudas.
Siento que he de regresar al mundo real. A la Naturaleza. Y desde
allí, trabajar por mi felicidad a través de la integración con el
lugar que me rodea.
te he leido esta mañana ya, pero la verdad es que me has dejado pensativa y sin palabras... y ahora vuelvo y tsmpoco te creas que sé que escribirte. sí que sé que vida sólo tenemos una, y más vale estar orgullosos de lo que vivimos.... hace povo me llego una frase: hay que vivir la vida con ganas de repetirla...
ResponderEliminarun abrazo!
Aunque no sepas qué decir, tus palabras me animan :) Un beso PUMI!!
EliminarMe ha encantado tu entrada de verdad!! Es tan cierto!! Pero si muchos de nosotros estamos de acuerdo, ¿Por que seguimos con nuestras vidas de cemento? Es difícil salir de ella y en el fondo muchos no queremos y creo que es bueno asumirlo...yo llevo en ese debate muchísimos años y llegué a la conclusión de que en el fondo no quiero salir, de que por mucho que me gustará eso de irme al campa a vivir en comunidades, en unión con la naturaleza...no es lo mío del todo. Así que decidí ser consciente y estar en el cemento pero de la forma que quiero estar, intentando en la medida de lo posible contribuir al buen desarrollo y conservación de todo lo que me rodea; En esta sociedad somos totalmente ovejas no? pues yo quiero ser la oveja despistada!!
ResponderEliminarYo ya he experimentado varias veces eso de vivir en el campo, solo por unas semanas eso sí, y reconozco que lo hecho de menos. Pero quien sabe, igual si tuviera esa vida me acabaría cansando como me sucede en la ciudad... Probaré suerte de todas formas si me llega la oportunidad :)
Eliminar¿Cómo lo hemos complicado todo, eh? ¿Cómo hemos sido capaces de complicar tanto algo tan sencillo en su esencia como lo es el simple hecho de vivir? A veces tengo la absoluta certeza de que vivimos en una sociedad que fomenta la infelicidad. Luego pienso que si yo formo parte de esa sociedad, debo ser en parte responsable. Y luego debo dejar de pensar en todo esto porque tengo que trabajar, limpiar, poner una lavadora, ir de compras o ver el telediario...
ResponderEliminarEn fin, supongo que somos como ese hamster enjaulado que no tiene otra cosa mejor que hacer que dar vueltas en la ruedecita de su jaula...
Saludos amigo!
Qué sorpresa Jauroles!! ya ví que volviste a reabrir el blog, bien hecho!! ;) la verdad que escribes genial y siempre es un gusto poder leerte :)
EliminarTotalmente de acuerdo con lo que dices... me pregunto muchas veces si realmente soy infeliz por las causas que sean, o realmente lo soy porque me he cansado de repetirme que tengo causas para serlo :S qué complicado lo hacemos