jueves, 27 de diciembre de 2012

Al lío I


Ahí estaba. Yo mirándole con disimulo mientras él hablaba con unas amigas. Por fin coincidíamos tras la fiesta de cumpleaños celebrada hace dos semanas, y esta vez mi intención era poder acercarme algo más. O por lo menos, algo. Aunque sinceramente, no parecía que mis intenciones fueran a dar frutos. Él no mostraba mucho interés.


Acababa de llegar a la casa, donde todos hablaban, bebían y escuchaban música. Solo era el principio de la noche, y el objetivo era "entonarse" un poco antes de entrar a algún local donde obviamente la bebida es más cara. Vi como no solo yo le miraba, también algunas de las otras chicas que estaban por allí. Le sonreían y bromeaban tratando de captar su atención. No sabía qué hacer. Si me acercaba para hablar, tal vez sería muy descarado, pero si no lograba apartarle un poco, estaba claro que no tendría ninguna posibilidad. Más que nada, porque ni él mismo se daría cuenta de lo mucho que me gustaba.

Tras una hora de titubeos y risas tontas con mis amigas, decidí probar suerte: me acerqué y le ofrecí de mi copa:

- Oh gracias! no suelo beber, pero le echaré un trago. Espero que no seas de esas personas que le gusta cargar la bebida jeje
- No tranquilo, está flojo. ¿Desde cuándo no bebes? En la pasada fiesta tomaste cerveza con nosotros!!
- Tienes razón. Realmente, trato de no beber alcoholes fuertes, destilados quiero decir. Pero cerveza o alguna sangría sí me tomo de vez en cuando. Más o menos llevo 6 meses de esta manera. A ver cuánto aguanto jeje
- A mí me encanta beber. Quiero decir, no soy una alcohólica jeje pero sí me gusta tomarme algún ron cuando salgo de fiesta.
- No lo dudo ;)

A continuación se fue al baño. Me quedé allí pensando qué tal mi primer acercamiento. Menuda gilipollez decirle que me gusta beber, justo a un tío que no toma cubatas cuando sale de fiesta. Empezamos bien...

Volví con mis amigas. No pudieron evitar echarme una sonrisa. En general no me cuesta hablar con chicos, pero cuando hay uno que me gusta...puff me pongo nerviosa y se me nota mucho. Y más, si no solo es a mí que me gusta, sino a varias de las que allí estábamos. Me siento intimidada. Me recuerda a aquellos programas donde cada concursante tiene su turno para probar suerte, y los adversarios le miran esperando que falle. Todos queremos participar y ganar el premio, pero el miedo a perder delante de los demás resulta superior a veces.

Por otro lado, mis amigas me comentaron como uno de sus amigos no paraba de echarme el ojo, especialmente cuando estaba hablando con David (así se llamaba "mi" chico). Miré al amigo, y nada de nada. Tenía las mismas posibilidades conmigo, que las que yo creía tener con David. Pero así es la vida, todos queremos lo que no podemos tener.

Volvió David del baño, justo cuando su grupo de amigos se acercó a nosotras. Ya nos conocíamos de la universidad, así que no fue la típica embestida de las discotecas, cuando un grupo de tíos te acorralan para ligar contigo. En esas situaciones no sé si piensan que el hecho de qué nos rodeen nos da morbo, si lo aprendieron en la National Geographic o qué, pero la verdad que resulta ridículo, y a veces asusta. Nada mejor que acercarse solo (máximo con un amigo o dos, siempre un número inferior al grupo de chicas que vayas a hablar) para ligar con una chica. Al menos esa es mi opinión.

Retomando lo anterior, los chicos se acercaron y estuvimos hablando y riendo durante un rato. Mi amiga Sheila fue la que más palabras lograba sacarle a David. No es que el chaval fuera soso, (por dios, era encantador!!), pero el hecho de estar con gente con la que normalmente no sale puede que le cortase un poco. Para eso estaba la cabrona de Sheila (lo digo en el buen sentido) que tiene un don de palabra que no os podéis ni imaginar.

De ahí, que ponen merengue y la gente se pone a bailar. Cada uno a su manera, pero fijate por donde que al David este le encantan los ritmos latinos, y bailaba que no veas. Cuando todas vimos moverse como se movía imaginad cuál fue nuestra actitud: ahora entiendo porque las leonas son las que cazan y los leones los que esperan, somos mucho más agresivas cuando se trata de ... El caso, que una chica le agarro y se pusieron a bailar. Y a mí, por sorpresa, me cogió su amigo. "Joder" pensé.

Pero lo mejor vino cuando el chaval me pega a él, y noto un ligero bulto en su entrepierna, mezclado con el olor a whiskey que "emanaba" de su boca al hablarme. "De puta madre".

2 comentarios:

  1. y esto? me has tenido intrigada unas cuantas lineas jajaja. espero que sigas.
    Muack!!

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    1. ya ves, jaja, soy un escritor muy versátil a veces xD Me dio por escribir esta historia tras quedarme mirando en una fiesta el comportamiento de la gente. Especialmente el de una chica, que he transformado en la protagonista de la historia :P

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