lunes, 17 de septiembre de 2012

La Palma III. Primeras jornadas:de Sta Cruz a Barlovento

Puente entre San Andrés y Los Sauces. Fuente:  educacionfisicarivero5.blogspot.com

5 de agosto:

Tras escuchar como Paula deja la casa para irse a trabajar, a eso de las 7h, me levanto y me preparo. Hoy será mi primer día de camino por la ruta 130- Camino Real de la Costa. Salgo de Sta Cruz con la mochila cargada y fuerte de ánimos, pero a los 40 minutos ya intuyo que me he perdido. A falta de sendero sigo por la carretera, y al preguntar por el Camino, me mandan por una pista de unos 75º de inclinación ascendente. Subo cagándome en el peso de la mochila, en la falta de indicaciones, y más tarde cuando descubro que había un atajo mucho más sencillo por el que llegar al Camino, me cago también en las indicaciones del gasolinero. Continuo, y cada dos por tres tengo que preguntar a la gente si voy por el camino correcto. Los carteles de referencia brillan por su ausencia. Al cabo de 3 horas llego al destino teórico de la primera etapa: Puntallana. Comienza la búsqueda por un lugar donde dormir. Bajo en dirección a la playa Nogales, la cuál me aconsejan por estar cerca y ser bonita (más tarde supe que era una de las más peligrosas, habiéndose cobrado sus corrientes submarinas más de una vida). A los 20 minutos confirmo que la gente que usa el coche más que los pies, son justo aquellos a los que suelo preguntar, ya que la playa se encuentra a 5km, es decir, alrededor de una hora caminando. Teniendo en cuenta que ya llevaba 3 horas caminando, hacía mucho calor, y era mi primer día, está claro que no era "un ratito" como me habían indicado. Así que tras coger un sendero el cual indica hacia el destino de mi segunda etapa, encuentro un merendero de espaldas a la carretera que me parece perfecto para mi primera velada al raso. Me paso toda la tarde pensando y leyendo, y al llegar la noche coloco el aislante sobre una de las mesas del merendero para dormir a cierta altura del suelo (cosa que aprendí en Brasil, y que es totalmente innecesaria en La Palma, pero que queréis, dormir al aire libre al principio asusta xD). El cielo estrellado,a pesar de la luna llena, me duerme por fin.

6 de Agosto:

Me despierto con la luz del amanecer y gotas de rocío. Tranquilamente recojo todo, como algo y leo en la guía de viaje consejos sobre la jornada que me espera (no quiero perderme tanto como el día anterior). Comienzo a andar y empiezo a pensar en buscar un palo que me sirva de apoyo y al mismo tiempo de defensa hacia algún peligro. Nada más pensar esto, salen a mi frente 3 perros vagabundos gruñéndome... Al principio reculo para atrás pero al ver que eso les hace animarse, cojo un par de piedras y comienzo a lanzarselas con más miedo que otra cosa. Funciona. Los perros huyen. 2 segundo más tarde, ya ando con un palo en la mano. Camino por muchas plataneras y pequeñas aldeas. Justo antes de llegar a San Andrés, con ayuda de las confusas indicaciones, me pierdo en zona de plataneras. Estoy sin agua, con un sol de muerte, y nadie por ningún lado por más vueltas que doy. Comienzo a ponerme nervioso tras 30 minutos sin saber donde ando. Al rato veo dos campesinos, los cuales me indican el retorno al Camino, y me dan agua y una papaya. Creo que les di pena. Continuo caminando, ya llevo 2 horas. Me encuentro a ancianas y ancianos quienes me dan agua y me guían por la ruta, la cual a veces se vuelve muy peligrosa, descendiendo y ascendiendo barrancos al limite del precipicio, con la piedra del suelo resbaladiza, y la vegetación impidiéndote ver donde pisas. Finalmente llegué a Los Sauces, objetivo de la segunda etapa. Estaba en un punto siguiente al del cansancio. Comí algo en una sombra. Masticaba muy despacio para hacer creer al estómago que comía mucho, y así engañar al hambre (no podía cargar con mucho peso de comida la mochila porque luego me cansaba más rápido). Tras descansar 45 minutos, de nuevo me preparé para buscar un lugar lejos de la ciudad donde dormir. Con la tontería, me motivé y decidí intentar alejarme todo lo que pudiera de Los Sauces, acercarme lo más posible al ecuador de la siguiente etapa. Y vaya sí lo conseguí, a las 18h llegué a Barlovento. Pero no acabó en tal ciudad la jornada, pues como dije, no quería dormir en núcleos urbanos, prefería el campo o la playa, así pregunté por las Piscinas de la Fajana, y uan vez más me mintieron diciendo "por ahí abajo, en nada llegas". Joder, menos más que estaba cerca y era bajando, tardé hora y media. Sin embargo, a pesar de ser mi peor jornada de toda la ruta, he de reconocer que dormir en aquellas piscinas naturales, mereció la pena. Ver el atardecer desde el banco de piedra que luego se convertió en mi lecho, fue maravilloso.

2 comentarios:

  1. Qué bien suenan las piscinas naturales...

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    1. La verdad que son una maravilla. Puedes darte un baño tranquilamente, con pececillos a tu alrededor, mientras de costado oyes chocar las olas contra las rocas :)

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