Foto del artículo sobre la mala situatión social de personas negras en Asia en general, China en particular. Fuente: www.cnbc.com |
Ser negro en
Yangon (Birmania) no es fácil. Yo obviamente no puedo dar todos los detalles
puesto que no soy negro, pero mi compañera, S, es de Kenya y puedo confesar que
odio caminar con ella por la calle. La gente la mira, la señala, se ríen de
ella, la hacen fotos, llaman a amigos y familiares para que no pierdan
oportunidad de ver a la negra que está pasando por la calle… Es horrible. Al
principio te lo tomas con humor, pero luego comienza a ser irritante.
Más de una vez he
tenido que pedir a alguien que bajase la mano hacia S, o que dejaran de reírse.
He tenido que parar y quedarme mirando a alguno que llamaba a gente para que
viniera a ver a S. No lo aguanto.
Muchos amigos, de
raza blanca o asiáticos, me dicen que no me lo tome a mal. Que es solo
curiosidad por alguien que no están acostumbrados a ver. Yo les contesto que
puedo entender en cierta forma a los niños, pero una persona adulta por muy
curiosa que sea por alguien con un color de piel diferente no debería reírse en
su cara o señalarle con el dedo y llamar a más viandantes para que acudan al “espectáculo”.
Es una falta de respeto y de cortesía brutal. Es un descaro que me irrita
enormemente.
Cuando conocí a S
parecía que a ella no le importará tanto, e incluso permitía que la tomasen
fotos. Siempre me decía que me calmase, que no prestase atención a la gente de
nuestro alrededor. Yo lo he intentado, porque la rabia que me entra (cada día)
no me hace bien ni a mí ni a ella. Pero confieso que es algo superior a mí y
nos está incomodando a ambos.
Ya no vamos a
restaurantes y tratamos de evitar las zonas transitadas. Si queremos comer
fuera, uno de los dos va al restaurante y pide la comida para llevar. Nos lo comemos
en casa. Si salimos de fiesta, no hay tanto problema porque en general donde
vamos es zona de extranjeros y nadie le importa que seas negr@, blanc@ o verde.
Pero con los birmanos es una cosa muy diferente. Creo que en especial, el hecho
de ver a un blanco con una negra es lo que les causa tanta sensación.
Para el birmano,
como para mucha gente en África, Asia, y Sudamérica, el tener una piel oscura
es sinónimo de fealdad. Por eso la mayor parte de las cremas para la piel en el
supermercado tienen efecto blanqueador y la gente trata de evitar las zonas
soleadas. Ves más gente con paraguas en los días de sol que en los días de
lluvia. Por el contrario, el ser blanco y tener rasgos occidentales es sinónimo
de belleza. Por eso, asumo, que cuando ven a un blanco con una chica negra
tienden a pensar: por qué aquel blanco (bella persona) saldría con una negra
(fea persona). Cómo os podréis imaginar, la respuesta se basa en el prejuicio
de que la negra busca mi dinero, y yo solo busco una aventura o sexo.
No lo soporto…
Pensaba que no, pero el racismo de los demás está mermando mi relación.
He vivido racismo
en ambas lados: el que se siente en una posición inferior y el que se siente en
una posición superior. En ambas situaciones me he sentido tremendamente incómodo.
Sin embargo, parece que me voy a tener que acostumbrar o al menos modular mi
reacción. Pensé que el racismo, como el machismo, eran cosas del pasado. Pero
qué va. Es un tópico en auge.
Hay personas que
me han dicho “si no quieres ser discriminado, no viajes allí”, o “si no quieres
que os critiquen, sal con una chica de tu misma raza”. Me estallan los oídos
cada vez que me encuentro con tal conformismo y argumentos arcaicos. Pero que
le voy a hacer, no puedo abrir frentes de guerra con todo el mundo. Por eso,
estoy intentando salvar mi relación con S siguiendo el consejo de mis padres: a
palabras necias, oídos sordos. Veremos que tal nos va.
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