De lunes a viernes me despierto a las
6h de la mañana. Me lavo, me visto, desayuno, y tras meter en la
cartera la comida y la cena, salgo hacia el trabajo.
Cojo un bus hacia la estación de
cercanías. Voy hasta Atocha, y allí hago transbordo a otro tren. En
total, una hora y media de viaje, que aprovecho para leer.
Generalmente en inglés para no olvidarlo.
Entro sobre las 8h, y ahí comienzan 6
horas de trabajo como becario. Ayudando en tareas de gestión y
administración de las subvenciones y créditos otorgados a empresas
y centros de investigación. Empecé muy contento, sabiendo que la
estancia me daría muy buen currículo y experiencia científica en
el ámbito administrativo (yo que hasta ahora solo había hecho
ciencia a nivel de campo y laboratorio) pero reconozco que no estoy
disfrutando ni aprendiendo todo lo que quisiera. Me resulta un
trabajo aburrido, y la oficina, junto con el trabajo informático,
terminan por agobiarme.
A las 14h salgo, muy cansado, con la
cabeza llena de números y estadísticas. Marcho a la universidad
para continuar con mi Proyecto Fin de Carrera.
Nada más llegar, y a excepción de no
tener algún experimento que deba parar o iniciar pronto, me pongo a
comer. Si tengo suerte como con los compañeros, sino, solo. Y luego
me pongo a trabajar.
Cometo fallos, muchos fallos, y los
resultados fiables nunca llegan. Me frustro, y veo de nuevo como el
calendario sigue corriendo por delante de mí. Cada día hace más
improbable que pueda presentarme en la convocatoria de Julio para así
tener Agosto libre, y poder tomarme unas vacaciones en casa de mis
padres: mis queridas islas. Me cabreo, me deprimo...
Suelo terminar entre las 20h o 21h. Los
martes y jueves quizás algo antes ya que voy a hacer deporte. Pero
en días que tengo mucho que hacer, o simplemente estoy lesionado
(estas dos últimas semanas), me quedo hasta el final.
Cojo dos trenes y un autobús. Y por
fin entre las 22h u 23h llego a casa. Destrozado de las 16-17h fuera
de casa...
Los fines de semana los planeo para
descansar, divertirme, y quedar con los amigos. Pero muchas veces no
consigo lo que me propongo: cuando hay un plan de fiesta es viernes y
estoy cansado de toda la semana, y cuando quiero salir, mis amigos
desaparecen en otros planes donde no estoy incluido. Entonces, busco
tiempo para otros hobbys como tocar música, hacer deporte, leer, o
escribir en el blog. Incluso trato de mejorar mi convivencia con mi
compañera de piso: mi hermana. Pero aún con eso, no acabo por
satisfacerme y el fin de semana vuelve a pasar tan rápido como el
anterior.
No sé si mi día a día cambiará. No
sé si voy a conseguir sacarle algo de jugo a mi trabajo antes de
acabar mi estancia. No sé qué pasará con mi PFC, si podré
presentarlo en Julio o me tocará dejarlo para la convocatoria de
Septiembre. No sé si el tiempo que le dedico al inglés y al deporte
es suficiente o excesivo. Si reflexiono demasiado acerca de mis
compañías. Si estoy buscando las respuestas en el lugar adecuado...
Pero una cosa es segura: estoy
aprendiendo a sacrificarme y a convivir con la soledad, conmigo
mismo. Todo ello pienso que será positivo, en cualquier
circunstancia que me encuentre en el futuro. Solo espero, no haber
puesto mis objetivos demasiado altos, y tener cuidado de las cosas
que pierdo por el camino.
Si aunque no lo parezca estas sacando muuuuuuuucho mas que unas practicas y un proyecto.
ResponderEliminarEstas aprendiendo a valorar las cosas, no solo lo que cuestan. Si no a que cuando tengas otras situaciones no te parezcan lo normal y sin importancia si no que te parecerá la leche, tener un trabajo cerca de casa, un buen sueldo, buena compañía...
Cuando se pasan malas rachas uno no ve que sirvan de nada hasta que lo pone en practica en el futuro.
Tu en cambio ya lo ves ahora y eso significa mucho.
Gracias por tus ánimos Celia!!:)
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