lunes, 14 de septiembre de 2015

Vida de comedia en Yangon II

Imagen de una comedia birmana. Fuente: www.youtube.com
Mi mejor colega en Birmania es N (llamémosle NCarrot). Es de EEUU,  exluchador profesional de MMA, y tiene 31 años. También es vegetariano y uno de los pocos profesionales en la escuela con título de profesor. Ha sido él quien me convenció de que en esta carrera, aunque tengas experiencia e interés, si quieres progresar a nivel profesional has de conseguir un certificado o diploma.

Pasamos mucho tiempo juntos ya que tenemos intereses comunes: nos encanta el deporte, nos encantan las chicas, nos encanta viajar, nos encanta la comida sana (si es vegetariana mejor) y tenemos puntos en común en política, religión y economía. Le gusta mucho criticar a la gente de la escuela, mis compañeros de casa, u otras personas que hemos conocido en bares y fiestas. No le culpo, puesto que la mayor parte de esas personas están un poco chifladas, pero confieso que la magnitud de críticas es tan grande que a veces sospecho si estoy también dentro del rango.

Siempre bromea conmigo acerca del dinero ya que a él le gusta ir de restaurantes y yo prefiero gastar menos para poder pagarme el curso de profesor y algún día iniciar mi propio proyecto educativo en África. Dice que soy demasiado barato.

Yo bromeo con él llamándole zanahoria, puesto que es pelirrojo, y por lo ruidoso que es cuando habla. Sin embargo en esto último no pongo mucho énfasis puesto que yo, siendo de España, tampoco me quedo corto.

NCarrot no vino como profesor sino como coordinador de Educación Física. Su labor inicial iba a tratar de coordinar a los profesores de educación física en las 9 escuelas de la empresa, y mejorar el curriculum y clases. Enseguida se dio cuenta que no había curriculum del que partir, los profesores eran todos birmanos y no hablaban inglés por lo que no puede comunicarse con ellos, y además, pocos tienen una base deportiva. En definitiva, se dio cuenta que a pesar de ser esta una escuela para la clase alta birmana, Educación Física (como otras materias) no era impartida como se debería. Se puso manos a la obra pero poco a poco se ha ido frustrando con la escuela y su manera de trabajar, además de ver despidos y abandonos de otros profesores. Ahora está interesado en encontrar otras escuelas internacionales donde paguen mejor y pueda desarrollarse mejor como profesor. Trató de comenzar un grupo de lucha profesional de MMA en Birmania pero los peces gordos del boxeo birmano no confiaron en él y ahora le toca seguir apostando por la educación.

Otro colega con el que paso tiempo es K (llamémosle KBollywood). Es de india, tiene 30 años y es virgen. Está desesperado por tener sexo con alguna chica. El tipo no es que sea abominable, pero tampoco es atractivo. Aunque lo ha intentado con algunas, todavía no ha conseguido ninguna. Le gusta la comida sana pero no hace mucho deporte. Tiene moral eso sí, no se va de putas como mis compañeros TBebado y SGrasso. Solo en su salida a Bangkok hace un mes para renovar el visado accedió a darse un masaje con final feliz. Y todo por culpa de SGrasso quien le convenció para “darse un homenaje”. El pobre KBollywood me contó cómo se corrió apenas un  minuto después de entrar en la ducha con la “masajista”. Y pasó una semana dudando si tal vez pudiera haber contraído AIDS aunque le repetí mil veces que era imposible solo por una puñeta que la chica le hizo.

NCarrot nunca quiere salir de fiesta con KBollywood porque este último es super barato. Mucho más que yo. A veces sale con apenas 10$ en la cartera, y obviamente eso no suele ser suficiente cuando el plan es ir de cena, tomar unas copas y pagar el taxi de vuelta. Suele pedirnos dinero a mí y a NCarrot, y normalmente “se le olvida” pagarnos de vuelta durante la semana.


A KBollywood le encanta conocer chicas por internet, y aunque comienza a darse cuenta que pocas posibilidades tiene de tener sexo real con una de ellas, yo creo que continua por cierta inercia. Imagino que debe matarse a puñetas una vez llega a casa puesto que tanto presión sexual en la cabeza ha de liberarse de algún modo. 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Vida de comedia en Yangon

Ayer mientras jugaba a los bolos con un grupo de gente borracha que apenas conocí una semana atrás, me di cuenta que mi vida se desarrolla en un escenario de comedia.

Un sinsentido que merece unas risas. Fuente: plataformalavarden.gob.ar
Trabajo en una escuela comandada por un indio obeso multimillonario que a pesar de poseer otras 9 escuelas y tener los bolsillos llenos no le da la gana de invertir en mejores profesionales e instalaciones. La escuela ha despedido ya a 7 profesores en tan solo 2 meses, unas veces por falta de competencia, y otras por motivos propios. Se suman a esos 7 profesores otros 8 que directamente han dimitido o abandonado. Da la sensación de que aquí los profesores somos totalmente dispensables y en cualquier momento te despiden o te toca sustituir a un compañero.

Vivo en una casa gigantesca, una mansión, pero que tiene solo unos pocos muebles. Sospecho que en la escuela pensaron que por darnos una casa con grandes espacios, la íbamos a disfrutar más o apreciar más la empresa, pero la verdad es que resulta cómico vivir en una casa tan grande y sin muebles. Tenemos una sola mesa en esta casa de 3 pisos, y es la del comedor. Así que los papeles de oficina se mezclan con los platos de lentejas y el pan. No tenemos escritorio ni sillas en nuestros cuartos, pero las dimensiones dan para organizar una fiesta dentro de ellas. La cama al menos si nos la dieron aunque es corta y estrecha.

Comencé viviendo con tres compañeros de la escuela, los tres son británicos, pero uno de ellos dimitió tras un mes, y regresó a su antiguo empleo en China. Los otros dos son:

- T (llamémosle TBebado), un británico de 28 años que aparenta 40 años debido a su afición por la bebida, el tabaco (y otras plantas fumables) y discusiones periódicas con su novia birmana. Él llegó a Birmania con otro trabajo para a los tres meses el jefe de la compañía huyó con las ganancias de la empresa y se quedó desempleado. Consiguió trabajo como profesor en la misma escuela que la mía, en parte porque conoció a su actual novia y quería quedarse en el país para mantener el romance. Su novia está casada con un birmano, pero ya no viven juntos. A nivel social y legal es un riesgo la relación que están viviendo aquí en Birmania, pero les da completamente igual. Discuten casi todos los días: ella le llama loco borrachuzo inglés, y él la llama puta, zorra y otros adorables calificativos. Un día, uno de tantos en los que emborracha de whisky barato, se fue con un cuchillo a casa del marido de ella para decirle que dejase de amenazarlos. Hace un mes le pedí que por favor parase está locura, no tanto por él, sino por mí ya que esta situación nos puede costar el trabajo y la vivienda. Le ha dado igual y tras una semana en la que “rompieron” y trajo varias prostitutas a casa, han retomado la relación. Aunque me asusta que las peleas vuelvan, de momento parece lo disimulan bien cuando yo estoy en la casa.

-S (llamémosle SGrasso), británico de 29 años con el pelo canoso y al menos 100kg de peso. Es una persona muy gorda, perezosa y que habla por los codos. Se convirtió al Islam a los 20 años pero no ayuna en Ramadán, ni tampoco va nunca a la mezquita, y se coge putas cuando le dan las ganas. Me llevo mejor con él que con TBebado, pero comienza a cansarme. Una vez empieza a hablar no puede parar. Los temas que habla son aquellos en los que te das cuenta no puedes meter baza: parece le gusta escucharse a sí mismo. Siempre relaciona todo con su vida en Gambia (donde se casó dos veces y tiene un hijo) o en Senegal. En dos meses de trabajo ha faltado alrededor de 8 días, y la administración de la escuela no le gusta su manera de impartir clase: falta de energía básicamente. Probablemente le despidan pronto, y él está contento con la idea: quiere que le paguen el vuelo de vuelta  Kuala Lumpur (donde vivía antes de venir a Birmania) para casarse con una malaya que ha conocido en internet.


Próximamente más.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Celos a larga distancia


Ayer hablando con K, me volví a desesperar. Me contó qu el miércoles cuando fue a bailar salsa a una discoteca en Nairobi se lo pasó muy bien. Yo me imaginaba a que se refería pero la pregunté más. Me dijo que el único problema fue que vestía un vestido corto y atrajo la atención de muchos chicos. Yo sabía que aquello no fue un problema para ella en absoluto, sino la razón de su disfrute aquella noche. Pude imaginarla bailando con otros chicos bien pegada, como ya hacía cuando yo estaba con ella en Nairobi. Tuve un ataque de celos fuerte, pero esta vez al menos lo pude disimular.

Mi primera reacción como siempre es de enfado. Aquel mismo miércoles habíamos estado hablando y yo le había dado mis consejos sobre cómo meditar y demás, porque me contó que está interesada en ello para calmar su mente y encontrarse a sí misma. Yo la escribí varias veces contándola mi experiencia en meditación y dándola consejos para principiantes pues sé que es una actividad en la que puedes perder la paciencia y frustrarte fácilmente. Ella no contestaba tan a menudo como solía hacer. Ahora sé por qué. Estaba ocupada bailando y atrayendo la atención de otros chicos.

Me da rabia. Me da rabia que yo ponga mi atención y aprecio en ella, y sin embargo ella lo busqué en otros. Siento como una traición, aunque no lo sea. Siento como una falta de respeto, aunque no lo sea. Y no es nada de eso porque ni ella está conmigo, ni yo con ella. Lo nuestro ya acabó hace meses. Porque además yo también me he acercado a chicas y de hecho he tenido sexo con ellas aquí en Birmania. ¿De qué puedo quejarme? ¿Qué argumentos tengo para protestar? Es curioso qué hipócritas son los celos.

Siempre que ella me cuenta algo de este estilo, o simplemente la recuerdo flirteando con otros chicos, da igual que esté pasando algo o no, lo primero que pienso es: olvídala, dale cuerda y déjala ir. Luego me calmo, me doy cuenta que no tengo razones para culparla. Ella tiene 23 años y está soltera. No tiene motivos para contenerse o cerrarse a vivir experiencias y placeres. De hecho, yo mismo así lo hago y creo. Creo en que cada uno debiera ser honesto con sus emociones y el momento presente. Ella no me está comprometiendo en absoluto cuando actúa de esa manera. Lo único que compromete es mi orgullo egoísta.

Sé que estas reflexiones posteriores son maduras y positivas. Pero son muy duras de llevar a cabo. Me doy cuenta que tampoco puedo culparme a mí mismo por sentir celos y querer huir de ella para no volver a sentirlos. Es algo natural, el ser humano de por sí tiende a escapar del dolor, aunque sea algo inevitable.

Si no siento celos con ella, lo sentiré con otra, porque hay algo en mí que me hace reaccionar de esa manera a cada momento que la chica que me gusta pierde atención. Yo, que idealizo y quisiera tener una relación abierta con mi futura pareja, he de aprender tanto de mi mismo y del amor que ya no se por dónde empezar.

Me siento tan perdido en la pasión y relaciones amorosas que tiendo a tirar la toalla y hundirme en mi mismo. Tiendo a sentirme miserable por no encontrar a la chica de mis sueños, y es que tal chica, dentro de mí mismo, sé que no existe. Tiendo a deprimirme por aquellas otras chicas reales que conocí, y que ya no están.


Pero hoy cogí aliento y creo en mí. No voy a darle a cuerda a K. No la dejare ir, si ella quiere quedarse. A pesar de mis miedos de que un día, cuando ya no se encuentre sola y en problemas, deje de entablar contacto conmigo, mantendré mi postura con ella. Tal vez no consiga su amor, pero estoy aprendiendo a reconocer mi amor propio.

martes, 1 de septiembre de 2015

Ideologia de educador liberal

En los últimos meses he estado leyendo libros sobre pedagogía y psicología infantil. Increíbles los mitos y costumbres en los que se asientan los sistemas educativos convencionales. Cierto que los autores que he leído como John Holt son abiertamente seguidores de un modelo más liberal y autónomo de la educación pero no puedo negar que sus argumentos reflejan la realidad de mis aulas y la de otros compañeros, cayendo sus criticas en mi conciencia y modo de trabajar.

Estudiante birmana con la crema tradicional contra el sol y los insectos: thanaka. Fuente: www.tailandiasinplaya.com
Empezando por la base de que el profesor es figura esencial para el aprendizaje del alumno. Según estos autores, la figura principal del aprendizaje es el alumno, y si bien el proceso de aprendizaje suele basarse en un dialogo entre instructor y estudiante, esta relación ha de ser establecida de forma horizontal, contrariamente a la verticalidad de los sistemas convencionales donde en la mayor parte de escuelas es el profesor quien decide qué es lo que se va a aprender y cómo. Todos sabemos que aprendemos más rápido y de forma duradera cuando somos nosotros mismos quienes acordamos tales límites. Nadie dejar de fumar cuando se lo imponen, y no todos aprenden a nadar a la misma edad. Solo cuando queremos o necesitamos algo es cuando aprendemos de verdad.

La realidad es que la mayor parte de los niñ@s en las escuelas convencionales no tienen ni voz ni voto en el temario que van a “aprender”, ni deciden como lo van a aprender, ni le encuentran el sentido de por qué aprenden eso y no otra cosa. El aula termina siendo un centro de entrenamiento de la disciplina más que un centro de aprendizaje. Los profesores gastamos más tiempo en mantener a los estudiantes callados mientras hablamos, atentos mientras explicamos, o respetuosos con los demás alumnos y profesores, que en enseñar contenido. Todo esto no sería necesario si el interés por la clase sale del propio alumno y no de un medio externo como son los padres, profesores, o el propio sistema educativo.

Forzamos a los estudiantes a estar, de media, 6-7 horas al día haciendo algo que nunca eligieron. Les decimos que es bueno para ellos, “porque en la vida no siempre hacemos lo que deseamos”. 

Formamos mentes cerradas en lugar de abiertas porque tratamos de forzar el aprendizaje en lugar de dar rienda suelta a su curiosidad y personalidad propias. No saben lo que leen por qué no les importa. Para aprobar el siguiente examen solo han de memorizar la respuesta que el profesor les dio, o saber la receta con la que conseguir los resultados esperados por el instructor. Así pasa, que cuando olvidan la pregunta, olvidan la respuesta. No son capaces de razones o pensar criticamente.

Cuando los alumnos llegan a la escuela secundaria hay tanta desmotivación, faltas de respeto y falta de conceptos básicos que resulta una verdadera batalla trabajar cada día como educador. Hay días que te culpas a ti mismo, otros días les culpas a tus alumnos, y por último culpas al sistema.

Yo comienzo a darme cuenta que el aprendizaje tiene sus propios ritmos, y que forzarlo no merece la pena. Como dije antes, solo cuando uno quiere o necesita aprender algo es cuando realmente lo aprende. Pienso también que la vida está lleno de retos y el ser humano es un organismo con curiosidad innata, por tanto no doy crédito a los partidarios de “sin una figura que establezca qué contenidos son prioritarios”, los alumnos se perderían en el conocimiento. No me lo creo. En su lugar, el alumno podría profundizar en aquellos aspectos que encuentra más interesantes o necesarios en su día a día y terminaríamos con la mayor parte de problemas de disciplina, motivación, y falta de conceptos básicos.

Cuántos de nosotros hemos estudiados durante horas y días para un examen, y tras acabarlo, unos días más tarde nos damos cuenta que hemos olvidado la mitad. Todo eso ocurre por la falta de sentido que tal materia tiene para nuestras vidas. Nuestro cerebro lo elimina de nuestra memoria pues no lo considera importante. Deberíamos aprender de ese precioso y valioso órgano y darnos cuenta que lo único que tiene relevancia en el aprendizaje es aquello que tiene un sentido propio para nosotros.

No deberíamos matar la curiosidad de nuestros alumnos con límites establecidos. Deberíamos darles libertad para pensar por sí mismos, y aprender aquello que desean y da sentido a sus vidas.