Cultivo de okra. Fuente: http://bonnieplants.com/ |
Este sábado es el fin de
año en el calendario islámico y no tendremos clase. Un respiro de 2
días (viernes y sábado) que vendrá bien para descansar y preparar
las últimas semanas del trimestre..
Hoy quisiera hablar del
trabajo escolar del que soy responsable: Operation Green (Operación
Verde). En la escuela hay varias tareas de las que los alumnos han de
encargarse, y en la que profesores y alumnos de cursos superiores
tenemos que supervisar. Básicamente hay 5 grupos: limpieza de clases
(unicamente alumnas de 7º y 8º); limpieza de los barreños donde
los alumnos lavan sus platos; Road Building, manutención de los
caminos de la escuela y del sendero que lleva a la aldea; enseñanza
en el orfanato de Hargeysa; y Operation Green, para reverdecer la
escuela y hacerla más sostenible.
Ningún profe se está
ocupando de los grupos de trabajo, a excepción de mí (Operation
Green) y otra profe que se encarga de las clases en el orfanato. Si
bien es cierto que tiene menos clases en la escuela, y vino como
voluntaria y no como trabajadora. Sin embargo, ya que encuentro el
trabajo útil, inspirador y con capacidad de generar cambios, no me
quiero quejar.
Generalmente, el propósito
de los grupos de trabajo se basa en 4 razones: ahorrar dinero y
empleados a la escuela, aprovechando tales recursos para otros fines;
hacer participes a alumnos de las responsabilidades sociales y
comunitarias; enseñar nuevos valores y conocimientos más allá del
aula; castigar “físicamente” a los alumnos con malos
comportamientos. A mí me gusta centrarme en la parte social y
didáctica del trabajo, pero reconozco que si tengo a alguien
trabajando menos que los demás, le hago desempeñar las tareas más
duras, o más largas.
El año pasado participé
como asistente (porque vine muy tarde, en abril), y con el antiguo
responsable, dividimos las tareas y los estudiantes en dos grupos,
del que cada uno era encargado respectivamente. Con mi grupo conseguí
establecer un pequeño huerto de judías, okra y sandía (5 camas de
3 metros con tierra oscura, separadas por bandas de tierra blanca de
1 metro; 100 plantas en total), mientras que el grupo de mi compañero
solo levantó 3 alambres de espino de 3 metros en un lado del huerto,
para protegerlo de “los depredadores”. En general, los profes y
encargados de los grupos de trabajo no se toman muy en serio las
actividades a realizar. Una lástima.
Este año, si bien
continúo con el huerto, mi atención está más centrada en la
producción de compost y en la captación de agua de lluvia. No se
pueden crecer plantas donde el suelo no da suficiente alimento, y el
agua no sacia su sed. Aquí, donde el clima es muy árido, el suelo
apenas tiene materia orgánica que le haga rico en nutrientes, y no
acumula nada de agua. Por ello, quiero producir compost, y preparar
el terreno para la recogida de lluvia en la estación húmeda y
quedar prevenidos en la próxima estación seca.
Si bien estoy muy
interesado en participar en este proyecto de reverdecimiento
(Operation Green) reconozco supone un gran reto. A la apatía de los
estudiantes por el trabajo, se añaden las condiciones climáticas y
edáficas. De hecho, no se aprecia mucha vegetación por la zona.
Menos aún en nuestra escuela, donde nos situamos en una colina y
toda el agua que cae fluye hasta el valle dejando nuestros suelos
igual de secos que al comienzo.
Si bien quiero mejorar
ambos aspectos, la calidad del suelo (compost) y el aporte de agua
(sistema de recogida de agua y riego por goteo), este año he
planteado un nuevo concepto a la escuela en relación al último
punto: en lugar de mover agua hasta las plantas, mover las plantas
allá donde fluye el agua. Así, me he dedicado en los últimos días
a observar donde terminan las cañerías y canalones para comenzar a
plantar.
También hago debates con
los estudiantes sobre temas medioambientales y sociales, y les hago
responsables de algunas plantas. Veremos que tal sale el experimento
al estilo WWOOF.