Como un
niño pequeño me vuelvo a enamorar.
Como un
niño pequeño me vuelvo a ilusionar con alguien que con cuatro
sonrisas y un par de palabras bonitas me deja prendido. Da igual
quienes que pasaran por mi cama, me hicieran carantoñas que no
lograban mellar mi corazón, y da igual lo que leí o estudié sobre
el amor. No importa que me creyese adelantado en esa carrera.
Como un
niño me he vuelto a enamorar.
De
forma infantil, reclamo lo que quiero, que es una persona y no un
objeto. Su libertad, su tiempo y cuerpo, los quiero para mí. Amor
egoísta, tan lleno de pasión y falto de verdadero amor. Como no
logro lo que deseo, me enrabieto, la culpo y me enojo con ella. Luego
me enojo conmigo, me siento y pienso si aquello que quiero y no
consigo será porque no lo merezco. La falta de autoestima entra en
juego.
Como un
niño sé amar solo.
Imagen del cortometraje Blind Devotion que explora el infatilismo de ciertas relaciones amorosas entre los adultos: sentirnos útiles, sentirnos admirados, sentirnos completos. Fuente: ideal.es |
Me
lleno de celos, producto de mis miedos por perderla. Raíz de mis
inseguridades de no merecerla, y la hago sufrir tanto como yo sufro.
Su sufrimiento me da cierto sentido de poder, y como un niño, me
envalentono cada vez que ella reacciona a mis chantajes emocionales.
Como un
niño, confundo el deseo con el amor.
Un día ella, tan libre, tan simple y llena de amor, se cansa de mis
inseguridades, mis miedos y chantajes, y me abandona. Ya no hay
oportunidad para recuperarla y gozar de la pasión de la
reconciliación. Ella me amaba, y yo solo la quería. Cuando la
pasión mató al amor, la relación murió.
Como un
niño enamorado, me niego a querer las cosas como son y no como yo
quiero que sean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario