domingo, 2 de junio de 2013

Bailarín de poca monta

Ayer fue una de esas noches que solo salía para beber una cerveza y volverme a casa pronto, pero acabé "dándolo todo" en una discoteca y acostándome a las 8h.

Como estaba con la rodilla mal (hace 3 días llevaba muletas) solo quería ver a mi amigo y tomar algo. Pero, después de varias cervezas, y con el calor que ya se respira por las calles de la capital, entramos a un local. Una vez dentro, sorpresa: la media de edad nos sacaba 10 años, lo que reducía nuestras posibilidades de ligar debido al MCF (Maldito Complejo Femenino). No sé si os suena. Es aquel que impide (dificulta mucho) a una chica liarse con un tío de menor edad. Menos mal que años de experiencia nocturna me han enseñado que a pesar del MCF, existen tácticas de ligoteo "infalibles", y que finalmente, cuando de sexo se trata, la carne llama a la carne.

Mi estrategia: bailar. Ahí no me gana nadie. Es algo que llevo dentro. Salsa, bachata, merengue, funkie, R&B, reggaeton, house, dubstep... lo que sea. Se me da bien mover el cuerpo. Desde pequeño veía a mi familia bailar, y aunque nunca di clases (a pesar de los esfuerzos de mi padre por inscribirme a una academia), enseguida aprendí los pasos básicos de muchos bailes y desenvuelvo los míos propios con fluidez. Disfruto muchísimo cuando puedo bailar al salir de marcha, y no es un secreto que a las mujeres les gustan los hombres que bailan.

Normalmente, si no es una sala de baile con gente "entrenada", suelo destacar. Atraigo miradas, y me hacen corros incluso. En ese momento, o antes si puedo, dejo de moverme: antes que bailarín, soy vergonzoso, y chulearme no es lo mío.

Ayer me puse a bailar y algunas chicas comenzaron a mirarme. Me agarro una, y a pesar de mi vergüenza inicial, al momento ya estaba dándola vueltas y pegándola a mis piernas. Le gustaba, a mi ella no, pero debió pensar que sí porque cuando acabó la canción y volví con mi amigo no dejó de mirarme descaradamente. Qué manía tienen algun@s, sobretodo los hombres, he de reconocerlo, de pensar que les gustas solo porque baile con ell@s una canción.
Se me acercaron algunas chicas más. Unas, de manera disimulada me empujaban con el culo o directamente se restregaban contra mi hombro y espalda, y otras simplemente, venían, me daban dos besos, me felicitaban por mi manera de bailar, y al rato se iban cortadas. Algunos chicos también se acercaron para decirme que les gustaba mi manera de bailar.

El caso es que la situación favorecía el ligoteo, no solo porque mi amigo es muy guapete, y yo bailo bien, sino porque la gente a medida que se hace más mayor, tiene más prisa por ligar. Pero en lugar de acercarme a alguna de estas chicas que miraban, me interesé justo por una japonesa (que luego resultó ser española) que no me hacía ni caso. Tras casi una hora, mirando y ganando valor para decirle algo, la llamo, la pregunto el nombre y después...me quedé callado. Totalmente bloqueado. No preguntéis por qué. Bailar se me da muy bien, pero entrarle a una chica ya es otro cantar. Así pasó casi un minuto moviendo los pies y la cabeza de manera tonta al ritmo de la música sin que dijera una palabra. Se me hizo eterno, y menos mal que ella me preguntó por mi colgar y pudimos iniciar conversación. A los 30 segundos, dijo que se iba a casa (fracaso) y cuando le pregunté por su teléfono, me contesta: "Mi teléfono no te lo doy. Pero si quieres te doy un chicle." Toma ya.

Después de eso, aún mantenía las miradas de un par de chicas, que a diferencia de otras más orgullosas, les daba igual que yo me hubiera acercado a otra. Nos entraron 3 de ellas,y no se me ocurre sacar otro tema que el de cómo hacer una buena felación y cunilingus. Mi amigo flipando, claro. Cómo no, se acabaron marchando, aunque creo que todos nos lo pasamos bien hablando de sexo.

A la salida, la chica que me había sacado a bailar al principio, me dijo que la ponía muy cachonda mi manera de moverme (sí sí, tal cuál). Flipé, y la dije que me pareció ver un anillo de casada en su dedo y de ahí mi indiferencia dentro del local. Me contestó que sí estaba comprometida pero eso no importaba, y que sí me gustaban sus medias se las dejaría puestas... Menuda fucker, pensé. Acepté la derrota con la japonesa, y vi en esta una buena (buenísima) oportunidad. Cuando la pedí el teléfono y me ofrecí acompañarla a casa, como por arte de magia, perdió el interés y se marchó con sus amigas. Olé ella! La típica tía microondas que calienta pero no cocina.


Ahora no puedo evitar pensar qué fue lo peor de la noche. Si elegir a una japonesa que no me hacía ni caso, rechazando a las que sí me miraban, lanzarme a la desesperada a alguien que solo quería calentar y quedar como una triunfadora con el aspirante a sus pies, o bailar toda la noche y tener la rodilla hinchadísima hoy.



6 comentarios:

  1. Pues menos mal que tenias la rodilla chunga! Que si no te podrían haber ocurrido muchas mas historias!

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    1. tú crees?? haha la verdad que tuve claro sobre qué iba a escribir al día siguiente :P

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  2. veo que ya vas mejor!! me alegro!!! ahora a disfrutar de ?a semana...

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  3. Madremiademivida! si que bailas bien no? que dejas a todo el mundo loco!??

    Con lo que me gusta bailar y los hombres que bailan bien, me gustaría haberte visto!!!

    Y la Japo que borde no?
    Pero la otra aun peor toda lo noche jugueteando para eso?
    Me parece alucinante que hayan personas que tienen comportamientos tan absurdos...

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    1. la verdad que no se me da mal bailar, cierto jeje y bueno, mejor no hablar de aquellas dos xD

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