Si mañana muero, no importa. Padres, no os vayáis a preocupar,
pues he sido feliz.
He pasado una infancia muy bonita. Regordete, corriendo por los pasillos de la casa a gatas. Me cogíais de la cintura para sacarme la foto y yo peleaba a carcajadas por soltarme. Puedo sentir aquella alegría pasada en mi interior.
Me he criado en patios de colegio, en los parques del barrio y más tarde en las calles cercanas a mi casa. He jugado en todos esos lugares. He sido empujado a estudiar duro a pesar de mis problemas de atención, y conseguí llegar a estudiar lo que quería.
Si mañana muero, no importa. Amigos, no os vayáis a preocupar, pues he sido feliz.
He tenido la oportunidad de enamorarme, de tener buenos amigos y disfrutar como nunca de las noches madrileñas. He sentido los nervios a la hora de conocer gente nueva, me ha tocado ser valiente, y he sentido la humillación de la cobardía.
He sentido el placer del sexo. He vencido mis complejos, y he reconocido mis defectos. Me he sorprendido con muchas personas, y he aprendido a valorar la diferencia tanto como la igualdad.
He podido viajar. He podido aprender nuevos idiomas abriéndome la posibilidad de conocer gente de todo el mundo. He tenido la oportunidad de enfrentar mis miedos durante la soledad de mis días. He sido capaz de levantarme tras la caída, y de volver a sonreír cuando me han roto el corazón.
Si mañana muero, no importa. Abuela y hermana, no os vayáis a preocupar, pues he sido feliz.
He aprendido lo importante que es la familia, los amigos y tu hogar. Lo importante que son las distancias cortas, aquellos que siempre estuvieron contigo, y vivir con poco más de lo que necesitas. He aprendido a amar lo que me rodea.
He pasado por la enfermedad, pero siempre retorné con salud. He conocido mis limitaciones, y las necesidades de mi cuerpo. He reconocido la escucha que se merece, y me he disculpado por los abusos que cometí.
Si mañana muero, no importa. He sido feliz.
Si mañana no despierto, no importa. He sido afortunado por haber vivido la vida plenamente. Solo puedo estar agradecido a quienes compartieron conmigo el camino, y a mí mismo por el coraje de caminar.
Mi presente y mi futuro solo me alimentan de sueños, dejando en el pasado el amor de mis amigos y de mi familia, y dándome la sociedad la espalda.
Para vivir de sueños, mejor dormir.
He pasado una infancia muy bonita. Regordete, corriendo por los pasillos de la casa a gatas. Me cogíais de la cintura para sacarme la foto y yo peleaba a carcajadas por soltarme. Puedo sentir aquella alegría pasada en mi interior.
Me he criado en patios de colegio, en los parques del barrio y más tarde en las calles cercanas a mi casa. He jugado en todos esos lugares. He sido empujado a estudiar duro a pesar de mis problemas de atención, y conseguí llegar a estudiar lo que quería.
Si mañana muero, no importa. Amigos, no os vayáis a preocupar, pues he sido feliz.
He tenido la oportunidad de enamorarme, de tener buenos amigos y disfrutar como nunca de las noches madrileñas. He sentido los nervios a la hora de conocer gente nueva, me ha tocado ser valiente, y he sentido la humillación de la cobardía.
He sentido el placer del sexo. He vencido mis complejos, y he reconocido mis defectos. Me he sorprendido con muchas personas, y he aprendido a valorar la diferencia tanto como la igualdad.
He podido viajar. He podido aprender nuevos idiomas abriéndome la posibilidad de conocer gente de todo el mundo. He tenido la oportunidad de enfrentar mis miedos durante la soledad de mis días. He sido capaz de levantarme tras la caída, y de volver a sonreír cuando me han roto el corazón.
Si mañana muero, no importa. Abuela y hermana, no os vayáis a preocupar, pues he sido feliz.
He aprendido lo importante que es la familia, los amigos y tu hogar. Lo importante que son las distancias cortas, aquellos que siempre estuvieron contigo, y vivir con poco más de lo que necesitas. He aprendido a amar lo que me rodea.
He pasado por la enfermedad, pero siempre retorné con salud. He conocido mis limitaciones, y las necesidades de mi cuerpo. He reconocido la escucha que se merece, y me he disculpado por los abusos que cometí.
Si mañana muero, no importa. He sido feliz.
Si mañana no despierto, no importa. He sido afortunado por haber vivido la vida plenamente. Solo puedo estar agradecido a quienes compartieron conmigo el camino, y a mí mismo por el coraje de caminar.
Mi presente y mi futuro solo me alimentan de sueños, dejando en el pasado el amor de mis amigos y de mi familia, y dándome la sociedad la espalda.
Para vivir de sueños, mejor dormir.