miércoles, 7 de marzo de 2012

El fin no justifica los medios


El pasado miércoles asistí a la manifestación llevada a cabo en Barcelona contra los recortes en Educación. Dudé sobre ir o no, puesto que tenía que ir solo. La poca gente que conocía de mi facultad no iba, y me daba un poco de pereza e incluso vergüenza (¿qué tontería no?yo también lo pensé así finalmente). Sin embargo, decidí ir llegado el momento puesto que las causas de la manifestación eran más que justas, y no me parece bien hacer huelga sin llevar a cabo a continuación protestas de las que los huelguistas se hagan cargo.

No sé si habéis oído algo en las noticias, ya sea en la tv, periódicos u otros medios de comunicación sobre aquella manifestación, pero yo personalmente regresé a casa avergonzado. Avergonzado porque veo que la población española, y principalmente me refiero a los jóvenes (jóvenes que se supone tienen un mínimo de cultura y desarrollo intelectual pues se encuentran en la universidad!!), sigue justificando la violencia con los motivos en los que basa su protesta.

Para introducir un poco lo que quiero decir, haré un pequeño resumen de como se desarrollo la manifestación: la marcha se convocó sobre las 12h desde Plaza Universitat; cuando yo llegué, sobre las 12,30h, la Plaza estaba llena y todo hacía presagiar que la convocatoria y la marcha iba a ser un éxito; allí había no solo estudiantes universitarios, sino también estudiantes de institutos (promovidos por lo ocurrido en Valencia), y también profesores y otros funcionarios del ámbito educativo; todo empezó muy bien, con coros en contra de los recortes vergonzosos que se están llevando a cabo en Ciencia y Educación, y en contra de otros recortes sociales; recuerdo no entender algunos de los coros, así como no entender porque había gente con banderas independentistas catalanas (en una marcha por la educación que nada tiene que ver con la región de la que seas, ¿a qué viene ese orgullo nacionalista?), así como banderas de la república, de Grecia, del Ché Guevara... y perdonadme, no es que no sepa hilar todos esas cosas con la educación, igual hay explicaciones para todas ellas, pero creo que hay que ser un poco más concreto y específico cuando llevas a cabo una protesta, y no pensar solo en tus ideales y sacarlos a la luz aprovechando una manifestación COLECTIVA por otro asunto... pero sigamos; todo iba bien hasta que la marcha llegó a la Bolsa de Barcelona: allí un grupo, bastante grande, de jóvenes con edades desde los 16 años hasta los 30 años, comenzó a gritar insultos y coros ofensivos contra la banca, contra sus empleados y como no, contra la policía que allí se encontraba controlando la situación.... Me indigné porque eso no son formas de manifestarse, y me alegre de haber ido ese día a la manifestación y ser parte del grupo que continuaba andando de manera pacífica por la calzada tratando de separarse de aquellos radicales, que no eran pocos ni muchos menos (y aquí me temo, que tristemente, la cantidad sí importa). Continué con el grupo pacífico de la marcha y al cabo de 1h se escuchaba como la policía, que se había esperado a que pasasen los manifestantes pacíficos para hacer la carga, estaban disparando balas de goma; se escuchaban sirenas por todos lados, cundió el pánico y el nerviosismo, y al mirar atrás se veían los gases lacrimógenos amenazando con las porras agresivas de los mossos que los acompañaban... comencé a correr para irme de aquel lugar.

Más tarde vi imágenes como la que he colocado arriba... No paro de pensar como podemos seguir así: usando la violencia para protestar por un ideal. Cuando la gente crítica la violencia policial o de otras fuerzas del estado, y luego hace cosas como las que se pudieron ver el pasado miércoles en Barcelona, pierde para mí todo mi respeto, y la coherencia de sus argumentos.

Para protestar y lograr un cambio la violencia casi nunca sirve. Y pongo el "casi" porque reconozco que habrá situaciones en las que la violencia como acción defensiva no tenga otra alternativa de respuesta. Pero aquí, en España, en el momento presente, no creo que sea el caso. Claro que sigue habiendo injusticias, claro que la situación es dura y hay que luchar por cambios y por nuestros derechos, pero hay que recordar que todo eso hay que hacerlo con el respaldo de la mayoría ciudadana. Sin embargo, todos sabemos que el gobierno que tantas recortes está imponiendo, ganó por mayoría absoluta (¿unas elecciones injustas debido a las leyes electorales antidemocráticas? estoy de acuerdo, pero aún así nunca el PP había tenido tantos votos).

Por tanto, cuando llevamos a cabo una protesta, no tenemos que llevar en mente el hecho de cambiar a los que ostentan el poder en nuestro país, sino a aquellos que le dan el poder: a la ciudadanía española, al pueblo ( a los que les votan, a los que engordan la proporción de los partidos grandes votando en blanco, o los que se abstienen). Y para ello, no se puede tirar piedras, porque están cayendo en nuestro mismo tejado y lo que conseguimos es una mala reputación que se traduce en el rechazo de aquellos que necesitamos para lograr el cambio!! y que encima recibiremos más porrazos en la calle. No se puede lograr un cambio de esa manera, utilizando la violencia. Tal vez sirve para desahogarnos, pero ese no debería ser el motivo para convocar una manifestación ciudadana.

El que justifica la violencia de los estudiantes contra las fuerzas de seguridad, también podría justificar la viceversa. La violencia es solo una serpiente que se muerde la cola y nunca queda saciada. Una lástima ver como las nuevas generaciones, los jóvenes, no hemos aprendido el dolor por que el pasaron nuestros abuelos y padres, por culpa de eso mismo: querer imponer un cambio a base de fuerza, y no a base de palabras y apoyo mayoritario.

6 comentarios:

  1. Gracias por compartir tus vivencias de aquella manifestación... estoy de acuerdo contigo: el fin no justifica los medios, aunque también comprendo que la situación se está volviendo crítica, y que cuando las personas están desesperadas, cometen actos desesperados.
    Me alegra volver a leerte!
    Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy totalmente de acuerdo, la violencia nace de la desesperación, la pregunta es hasta que punto la situación merece de tal violencia...yo según lo que vi en aquella manifestación, los que la ejercían tenían otras alternativas de hacerse oír... la violencia debería ser el último recurso, y usarse con un propósito concreto, aquí simplemente era romper escaparates por romper, quemar containers por quemar etc etc :S muy triste...gracias por comentar!!:)

      Eliminar
  2. Hola. El criterio de tu testimonio ha sido bastante fiel a la realidad, por ello te felicito sinceramente, es complicado encontrar eso en alguien, y del tuyo sí me fío. Pero como has sido tú mismo quien me incitó a tratar este tema anticipadamente a un encuentro cara a cara, así lo haremos. Sabía que bastaba con sugerirte mi postura por teléfono para que corrieras a tirarme de la lengua.

    A mi me gustaría decir en primer lugar que esto no es un hecho aislado, y como consecuencia no responde a causas ni motivaciones aisladas o incoherentes. El sistema en el que vivimos está podrido, y necesita caer. Había un autor llamado William Morris que describió muy bien aquello a lo que me refiero, y venía a decir que si los que tienen el poder y como consecuencia una vida ajena a la de la masa oprimida, tuvieran las condiciones de vulnerabilidad que estos últimos tienen, si tuvieran que soportar ellos en sus propias carnes lo que nosotros día a día tenemos que soportar, acabarían en un manicomio. El estado de humillación continua al que el sistema actual y la crisis a la que ha provocad ha condenado a la clase baja y media es intolerable, y como consecuencia, hay que cambiar las cosas. A mí personalmente me gustaría que hubiera otra manera de cambiar las cosas, pero una manifestación pacífica o una revolución del panfleto es imposible. No hay otra manera. Nunca se ha dado, y si se ha dado, ha sido porque ha habido intereses que confluían con lo reclamado.

    ResponderEliminar
  3. Evidentemente, tampoco creo al mismo tiempo en que quien ejerza la violencia sepa concretamente las causas por las que lo hace, en muchos casos están cegados por la ira, pero también lo están otros que les pegan y a los que se justifica simplemente por el hecho de ejercer la “violencia legal” de la que el Estado tiene el monopolio, pero en su caso hacen su trabajo. Del mismo modo que te digo que la única solución pasa por frenar el proceso actual (pues no estoy hablando necesariamente de una revolución, sino de provocar acontecimientos que pongan a cada uno en su sitio) también te digo que no todo ser humano es capaz de construir algo nuevo a partir de ello, y sobre todo mejor.

    Para resumir, te diré que la paz es algo bueno, siempre que no se convierta en una paz de cuarenta años como la que Franco nos dio, ni una paz social que deba mantenerse a toda costa por el cuento de ser demócratas en un sistema político que dista bastante de serlo.

    Creo que la hora de responder consecuentemente a los cambios que nos están imponiendo (y que están siendo históricos) es ya necesaria. Como tú dices la violencia es legítima cuando a uno le atacan, y yo particularmente veo como día a día nos castran, nos pegan, nos oprimen y nos mienten, y todo eso es un ataque ilegítimo contra la dignidad humana, así que donde la policía dice que hace su trabajo, el hombre debe hacer su deber, y en este caso es no permitir que le ahoguen y roben. Así que creo que la postura es legítima, y que quizás el que sea vista como lo contrario es gracias a que la gente está aletargada en un estado mental conforme y coherente con lo que el poder le dicta, incluyendo la sumisión entre sus pautas. La violencia no es normal, pero la apatía del actual pacifismo (que pasa por ser acongojamiento) es la forma más degenerada del pobre al que saquean, y se parece por cierto bastante a la postura que el curilla prescribía: la resignación. ¿No será el supuesto Estado de derecho actual una nueva forma sagrada de lo incuestionable?

    ResponderEliminar
  4. No nos engañemos, lo que actualmente está pasando pasa de lo indignante para llegar a lo intolerable, y lo legítimo en cada una de esas fases es muy distinto, y si bien no todo vale, el fin para unos es el mismo: vivir en paz sin joder al prójimo (y por eso considero que acorde a esa actitud cotidiana, esto es un hecho aislado), para otros es el de siempre: coger todo lo que pueda porque creo que el mundo es de los fuertes, y este cambio actual me lo acerca un poco más a mí.

    Para cualquier mala o insuficiente interpretación de lo que he dicho, recomiendo completar mi punto de vista con el expuesto en mi blog (¿esto es publicidad?), ya que en cualquier caso el tema es complejo: http://lavidaesposible.blogspot.com/

    Un abrazo, y perdón por la extensión del comentario, pero creo que el tema merece la pena (aún así se me queda corto y por ello te exijo una noche entera con quien quieras invitar que esté interesado en el tema)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar, y no dudes que esa noche de conversación te será dada ;)

      Eliminar