No hay cosa más relativa, que el valor de un gesto. Y sin embargo, me parece trascendente hablar de ello, tanto como para motivarlo en mi blog ;)
Hay gestos sencillos, que con un solo movimiento de labios provocan una cascada de sensaciones en sus objetivos. Gestos de mal gusto, que enfadan a las personas receptoras de los mismos.
Hay gestos seductores, gestos románticos, gestos hipócritas, gestos infantiles, gestos rudos, gestos alegres, gestos superficiales, gestos inadecuados, gestos de madurez, gestos tristes, gestos impulsivos!, gestos previstos...Incluso a la ausencia de determinados gestos en situaciones concretas, se los considera: un gesto feo.
Es curioso lo qué da de sí la actitud del ser humano...
Un gesto puede ser importante para el que lo realiza, y en cambio, no para aquel o aquella al que va dirigido. La situación opuesta también la conozco.
Un gesto puede cambiar "las cosas", en escenas similares.
A veces hace falta coraje para mostrar un gesto, y otras sería mejor, ser consciente de ellos para poder evitarlos.
Un gesto, de llegar a afectar, posee el poder de alegrar un momento (o una vida!), caer en balde ("ni fú ni fá"), o por el contrario, entristecer a una persona/s.
Me gustaría que esta entrada, no fuera un simple análisis de la cantidad de gestos que nos llegan en un día. Que no se convierta solo en un ser consciente de quienes nos "envían" este tipo de señales constantemente, muchas veces de manera involuntaria, permitiéndonos ver el estado de nuestras relaciones, o la manera de ser, del dichoso "mensajero".
No, esta entrada no es solo para mirar más hacia fuera. También es una entrada para darnos cuenta una vez más, del valor de nuestra sonrisa, por ejemplo. De aquellos gestos que podemos distribuir a lo largo de nuestro tiempo, a nuestras personas conocidas (y desconocidas), para hacer de esta, una vida más agradable.
Me gustaría despedirme con un gesto, pero las letras no entienden de esas materias. Pero os propongo me imagineis saludando mientras digo: "un saludo!!" :D