Fuente: sxmperspective.blogspot.com |
La pasada semana salí con algunos profes por
la ciudad. Hacía tres semanas que no pisaba Hargeysa, y tanto tiempo recluido
en la escuela me tenía cansado. Fue bueno, porque pudimos compartir unas horas
en un sitio diferente dando espacio a otras cosas que no estuvieran
relacionadas con las clases.
Sin embargo, de entre todos los temas que
salieron mientras tomamos té o paseábamos por el mercado, el más divertido y el
que más atención llamaba era mi encuentro con una profe keniata.
Antes de irme de vacaciones a Etiopía en
julio, tuvimos una cena de despedida (los profes del curso pasado) con el
director de la escuela y los padres del Consejo Escolar (una asociación formada
por padres y familiares que asesora a la escuela). Al terminar la cena, nos
quedamos hablando un rato por allí, y como el lugar era un hotel, había
bastantes mesas a nuestro alrededor con gente. Desde una de las mesas, dos
mujeres me llamaron. Al acercarme pude comprobar que no tenían aspecto somalí,
y como más tarde me confirmaron, eran de Kenia, y trabajaban como profesoras en
otra escuela internacional. Casualidad que se trata de la escuela considerada
como la segunda, o la mejor, del país junto con la nuestra. El caso es que una
de ellas parecía bastante interesada en mí y me propuso volver a vernos cuando
terminasen las vacaciones de verano. Así que en cuanto llegué a Hargeysa, hace
tres semanas, la escribí para vernos.
En principio no estoy interesado en otra cosa
que en conocerla como amigo. Porque de verdad que a veces se hace duro estar
siempre en el mismo lugar, con la misma gente. Aunque no descarto que pueda
pasar algo más. Físicamente no me gusta nada, pero es que no hay otra cosa.
Reconozco estar pasándolo mal en el plano sexual. Es muy difícil, pero puede
ocurrir. Difícil no solo porque no me guste, sino por los problemas de
logística: aquí no te puedes acostar con alguien simplemente porque os
apetezca. Nada de complicidad sino se trata de tu esposa, y obviamente, en
privado. La única opción sería alquilar un coche o algo por el estilo. Porque
incluso si quisiera irme con ella a un hotel, podría ser reconocido por alguien
y ocasionaría problemas a la escuela, y a la propia chica. Por no hablar de mí
mismo. Aún recuerdo aquel profe americano que fue encarcelado por traer una amiga
a su casa (dentro de la escuela!).
Ella parece interesada. Al menos esa es mi
apreciación al leer los sms que me manda, y la forma en que hablaba conmigo el
viernes. Porque aunque no quiso encontrarse conmigo y el resto de profes de la
escuela, si me invitó a sentarme con ella y su otra amiga en una mesa al otro
lado de la cafetería donde estábamos. Me dijo de visitar la casa donde viven
todos los profes de Kenia que trabajan en su escuela. Lo que es interesante,
porque como dije arriba, siempre viene bien ver caras nuevas, y además, conocer
gente de Kenia me puede venir bien, pues quisiera visitar ese país tarde o
temprano. Lo malo fue que llegó una hora tarde, y apenas pudimos hablar 20
minutos. Hubiera querido que fuese más atractiva, para que lo voy a negar, pero
son cosas que no está bien desear.
Por otro lado, han llegado dos profesoras
nuevas. Una marroquí y otra somalí, ambas educadas en EEUU, por lo que se
comportan como occidentales. La somalí es bastante reservada, especialmente los
primeros días, y físicamente muy atractiva. Da clases de informática y
geografía a los pequeños de 7º y 8º (11 a 13 años). La marroquí parece muy
simpática, y viene como voluntaria. Impartirá un curso de autoliderazgo, en el
que basará su proyecto fin de carrera, y dará clases de habla y escucha a los
de 7º.
Como veis, no puedo dejar de pensar en
mujeres. Especialmente en las nuevas. Es lo que tiene vivir en un lugar con
segregación por género. No quiero imaginar como será mi vuelta a Madrid, donde
he vivido tantas buenas experiencias. Prometo hacer el próximo post de algo
diferente. Por ejemplo del caso de una profesora (si, de nuevo una chica) que
es de Virginia (EEUU) y se convirtió al Islam. Es la primera vez que conozco a
alguien converso, y la verdad me llama mucho la atención.
Suerte!
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