No
escribo desde antes de navidad. Me siento culpable porque este lugar
servía para expresar mis reflexiones y mantener contacto con gente a
la que ya no puedo ver a menudo. Pero cada vez tenía menos tiempo, y
la pereza ataca cuando lo encuentro libre. Sin embargo no tengo
ninguna duda de que retomar el blog puede ayudarme a valorar lo que
me ocurre y a aprender de lo que experimento aquí en Somalia.
Resumiendo,
mis últimos meses han estado, como los anteriores, cargados de
trabajo. A los cursos de 7º y 8º les he sumado el grupo B de los de
10º. Ahora enseño ciencias naturales a los pequeños, y biología
a los mayores. Además continuo de encargado en el Operation Green,
con la responsabilidad de establecer un huerto orgánico y reverdecer
el campus escolar. Soy también el nuevo entrenador de baloncesto de
los pequeños, y llevo a cabo un taller de música los jueves. Uno
acaba agotado cada día, y sin embargo el trabajo no queda terminado
normalmente.
Las
dos grandes novedades que me han ocurrido fueron primero mis
vacaciones de navidad en Kenya, y segundo mis planes de futuro
laboral para el año que viene.
Kenya
fue increíble. En julio estuve en Etiopía pero he de reconocer que
me lo pasé mejor en Kenya, y posiblemente regrese. No solo me dio
tiempo a salir de fiesta y divertirme (cosa que necesitaba
urgentemente), sino que también pude visitar Masai Mara (uno de los
grandes parques naturales del mundo, y como biólogo que soy, pues me
encantó) y Mombasa (a pesar de los avisos de terrorismo, fue una de
mis mejores decisiones). Uno de los puntos fuertes del viaje, y que
todavía me atan a allí, fue conocer a una chica adorable. Apenas
estuvimos juntos una semana y algo, de las 3 pasé allí, pero
suficiente para gustarnos, y todavía mantener el contacto. Hablamos
casi todos los días. Sinceramente me sabe mal que cada vez que
conozco a una chica que me gusta, y que a su vez parece que le gusto,
me tengo que marchar.
La
segunda gran novedad de estos últimos meses fue el interés de la
escuela para que renueve el contrato con ellos un año más. Me
pagarían algo más, y aunque todavía sea poco para ahorrar o viajar
a todo lujo, creo que sería una diferencia clave. También me han
ofrecido trabajar menos horas en clase para gastar más tiempo en
asuntos extraescolares como tareas de administración y desarrollo de
la escuela, lo que también resulta muy interesante.
El
problema viene que todavía no sé que debería hacer... Por una
parte creo que esta escuela me esta sirviendo mucho a nivel de
desarrollo profesional: he mejorado de manera increíble el inglés
ya que el resto de empleados son americanos o somalíes; he aprendido
mucho sobre materia de enseñanza y me he dado cuenta que me gusta
mucho ser profesor; y el año que viene podría ahorrar algo de
dinero a la vez que realizo algún proyecto de desarrollo. Sin
embargo, a nivel personal me falta algo...
Reconozco
que Kenya, y concretamente esta chica que conocí, han dejado huella.
Me gustó volver a tener la oportunidad de conocer gente, bailar (lo
echaba tanto de menos...), viajar, y tener mayor vida social de la
que tengo en Somalia. Culturalmente Kenya es más abierto y diverso,
y parece brindar oportunidades económicas. Pienso, si no sería
mejor buscar otro lugar donde compaginar mi desarrollo personal con
el profesional, pues aquí en Somalia parece no haber tiempo ni
espacio para lo primero. O tal vez deba centrarme en este gran
proyecto social que es la escuela, y dejarme de distracciones
románticas.